México cuenta desde 1996 con dos temporadas diferenciadas, de tal forma que entre principios de abril y finales de octubre se adelantan los relojes para supuestamente aprovechar más las horas de luz. López Obrador ya había adelantado hace meses su intención de revertir esta medida.
El Gobierno estima, a partir de una encuesta de la Secretaría de Gobernación, que el 71 por ciento de la población está a favor de aplicar un único horario durante todo el año, según medios mexicanos.
El ministro de Salud, Jorge Alcocer, ha señalado este martes en rueda de prensa que el cambio de los relojes tiene efectos perjudiciales para la salud, entre ellos un aumento de los infartos y la depresión. «Si queremos mejorar nuestra salud, no debemos luchar contra nuestro reloj biológico», ha declarado.
Por su parte, la responsable de Energía, Rocío Nahle, ha explicado que el ahorro energético, de haberlo, es muy bajo y no compensa los trastornos asociados a la modificación horaria. En este sentido, ha señalado que «no hay un impacto» por el que no sea posible revertir una decisión que, como ha recordado el Gobierno, es meramente política.