En su acostumbrada conferencia de prensa diaria, el actual presidente de México afirmó que «fue, sin duda, una determinación política» no incluir a Felipe VI en la ceremonia de asunción de Sheinbaum. No obstante, ha mencionado que dicha acción fue tomada solo por la futura mandataria, quien sí había optado por invitar a Sánchez a la celebración del martes.
La presidenta de México ha sido criticada por insinuar que la decisión fue tomada por el presidente López Obrador, como si él fuera influenciable. Esto ha sido considerado una falta de respeto adicional por el mandatario, quien, a pesar de ello, ha afirmado que «apoya» la decisión de Sheinbaum y que seguirá apoyando «siempre» a su sucesora en las acciones que realice.
«Es frecuente cometer errores, es deseable que antes de expresar una idea consideren que en México se está realizando un cambio (…) donde se está eliminando completamente la corrupción y las injusticias, los privilegios, el elitismo y el racismo», ha reiterado López Obrador, quien ha pedido a las autoridades españolas comprender que México es «una nación autónoma, libre y soberana que no está subordinada ni es territorio conquistado por nadie».
Estos días, la decisión de Sheinbaum de no invitar a Felipe VI a su investidura, respaldada por López Obrador, se debió a la falta de respuesta de España a una carta enviada en 2019. En dicha misiva, México solicitaba que «el Estado español reconozca su responsabilidad histórica» por los agravios durante la conquista y «ofrezca las disculpas o compensaciones políticas pertinentes».
