«En junio de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación de 0,84 por ciento respecto al mes anterior. Con este resultado, la inflación general anual se ubicó en 7,99 por ciento», informó el organismo estatal en un comunicado.
En el mismo mes del año pasado, la inflación mensual fue de 0,53 por ciento y la anual de 5,88 por ciento, detalla el reporte oficial.
El «índice de precios subyacente», que descarta los productos cuyos precios presentan volatilidad según las estaciones del año, creció 0,77 por ciento a tasa mensual y 7,49 por ciento a tasa anual».
Al interior del índice subyacente, que es el observado por el banco central para sus decisiones de política económica, «los precios de las mercancías aumentaron 1,00 por ciento y los de servicios, 0,50 por ciento» a tasa mensual.
El «índice de precios no subyacente». que abarca todos los productos de la canasta, «incrementó 1,07 por ciento mensual y 9,47 por ciento a tasa anual».
Dentro del índice no subyacente, a tasa mensual los precios de los productos agropecuarios subieron 1,76 por ciento y los de energéticos y tarifas autorizadas por el Gobierno avanzaron 0,49 por ciento.
Ese resultado puede llevar al banco central a elevar más la tasa de interés de referencia en su próxima decisión periódica de política monetaria.
«La inflación mensual se debe principalmente al componente subyacente, que explicó el 68 por ciento de la variación mensual», indica un análisis del Grupo Financiero Banco Base enviado este jueves a sus clientes en los mercados financieros.
La inflación subyacente condiciona la política monetaria y el costo del dinero, determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, y «es la mayor desde diciembre del 2000 y acumula 19 meses consecutivos de incrementos», detalla el banco privado.
El 23 de junio pasado, el Banco de México (Banxico, central) decidió por primera vez en sus más de 25 años de autonomía un incremento de 0,75 puntos porcentuales a la tasa de interés interbancaria, cuando la colocó en un nivel de 7,75 por ciento, con el fin de contener la inflación.
Los banqueros estatales informaron en un comunicado que esa decisión consideró los mayores retos para la conducción de la política monetaria «ante el apretamiento de las condiciones financieras globales, el entorno de acentuada incertidumbre, las presiones inflacionarias asociadas al conflicto geopolítico (en Ucrania) y al resurgimiento de casos de covid-19 en China, y la posibilidad de mayores afectaciones a la inflación».
La Junta de Gobierno de Banxico tomó esa decisión después de evaluar la magnitud y diversidad de choques que han afectado a la inflación, así como el riesgo de que se contaminen las expectativas de mediano y largo plazos en la formación de precios.
