Viajar en Uber se ha vuelto moneda corriente en muchas grandes ciudades del mundo. Millones de usuarios descargaron la aplicación y comenzaron a reemplazar el tradicional taxi, convirtiendo a Uber en su principal medio de transporte. Ante esta situación, la empresa estadounidense decidió cotizar en la bolsa, aun siendo consciente de sus riesgos.
¿Cuándo surge?
En el año 2009, Garrett Camp y su socio comenzaron a trabajar en un prototipo de aplicación llamada Uber Cab (Súper Taxi), destinada a mejorar el paupérrimo servicio de taxis que funcionaba en la ciudad de San Francisco. El proyecto comenzó a ser probado con solo tres autos, hasta que en el 2010 largaron el servicio en la misma ciudad. El éxito fue inmediato, por lo que las compañías de taxis tradicionales comenzaron a verse amenazadas, y es allí donde empezaron los problemas, sobre todo en cuanto a las reglamentaciones. Ante este escenario, Garret Camp y Travis Kalanick decidieron simplificar el nombre a “Uber”, nombre por el cual es reconocido actualmente.
Argentina
Uber se expandió hacia muchas otras grandes ciudades como Nueva York, Ámsterdam, Río de Janeiro, Londres, Madrid y Milán. La Argentina tampoco escapó a esta tendencia, y Uber comenzó a operar en Buenos Aires el 12 de abril de 2016. Aquí también iniciaron los problemas, ya que el gremio de taxistas se opuso a su llegada, argumentando que la aplicación significaba una gran amenaza para sus puestos de trabajo. A pesar de las tensiones con los taxistas y las trabas legales, en el año 2018 Uber había llegado a transportar más de un millón de pasajeros por mes. Incluso se agregó el servicio Ubereats en otras ciudades, el cual se trata de un delivery de comidas, similar a los servicios de Glovo y Pedidos Ya.
Uber en la bolsa
Si bien la recaudación de fondos de Uber es millonaria, las proyecciones en la bolsa no son justamente las esperadas. La oferta de las acciones comenzó a operar por debajo de los valores esperados para el lanzamiento en la bolsa, y su valor total terminó en 82 mil millones de dólares, un número mucho menor al que se había pronosticado. Esta situación, sumada a la huelga de sus conductores y pérdidas económicas, hicieron que sus acciones siguieran bajando.
La baja en la cotización de la bolsa puede significar que Uber necesite aumentar el costo de sus servicios, sobre todo si se comienzan a terminar con los subsidios que los inversionistas aplicaban para que su servicio sea más competitivo. El caso de Nueva York es demostrativo, ya que los precios comenzaron a subir frente a la presión de los conductores, quienes alegan recaudar muy poco en relación con las ganancias que obtienen sus ejecutivos.
Por lo tanto, comprar acciones de Uber no parece ser algo ideal en este momento, y habrá que esperar a nuevas negociaciones y regulaciones en las ciudades más importantes en las que opera, como lo son Nueva York, Los Ángeles, San Francisco o Londres.