Las acciones de Aeroméxico se han desplomado un 34,5% en la Bolsa Mexicana de Valores, pasando de los 5,83 pesos mexicanos (0,22 euros) del cierre anterior hasta situarse en los 3,8 pesos (0,14 euros), tras el anuncio de bancarrota de la compañía al someterse bajo el Capítulo 11 de la Ley de quiebras de los Estados Unidos.
La caída de las acciones se enmarca en la decisión de la aerolínea de adherirse a un proceso de reestructuración financiera, después de sufrir el impacto que la pandemia ha dejado en la industria de las aerolíneas.
Con esta acción, la compañía busca fortalecer su posición financiera e implementar los ajustes operativos necesarios para hacer frente a dicho impacto y crear una plataforma sostenible para el futuro.
Recientemente, la aerolínea azteca negó que se fuera a acoger a dicho proceso y afirmó que estaba identificando fuentes adicionales de financiación para reforzar sus flujos operativos. Entre dichos apoyos, recibió respaldo financiero por parte de la sociedad de inversión canadiense Aimia por valor de 100 millones de dólares (unos 89 millones de euros).
Sin embargo, el director general de la compañía, Andrés Conesa, ha explicado que la industria de las aerolíneas se enfrenta a «desafíos sin precedentes», como consecuencia de las restricciones en vuelos y viajes como medida de contención del virus.
«Con el proceso del Capítulo 11 esperamos fortalecer nuestra posición financiera e incrementar nuestra liquidez, creando al mismo tiempo una plataforma sostenible que nos permita transitar con éxito la incertidumbre económica global», ha añadido.
APOYO DE LOS SINDICATOS
Por otro lado, los sindicatos de la compañía han expresado su apoyo a la empresa en la decisión de «reorganizar y fortalecer» su estructura financiera y operativa a través del proceso.
«La aviación mundial atraviesa su época más complicada y por eso reconocemos a Grupo Aeroméxico por elegir un proceso que no interrumpirá las operaciones y nuestras labores diarias», han indicado en un comunicado.
