Cárcel
América Latina y el Caribe, una de las regiones más afectadas por la privación de libertad infantil, ha reducido el número de menores detenidos desde 2018. No obstante, Unicef subraya que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes son arrestados por delitos menores y permanecen detenidos incluso antes de un juicio.
El informe «Niños privados de libertad en la administración de justicia», compartido por Unicef con EFE, revela que 259.000 niños y niñas estuvieron privados de libertad en todo el mundo durante 2024, de los cuales 34.000 (un 13%) corresponden a América Latina y el Caribe. La región es la segunda con mayor número de menores detenidos, solo detrás de Norteamérica.
La asesora de Protección Infantil de Unicef para América Latina y el Caribe, Kendra Gregson, explicó que la mayoría de estos menores están detenidos por delitos menores, como robos de bajo valor, y que su reclusión suele prolongarse por la lentitud en los procesos judiciales.
Muchos niños, niñas y adolescentes son detenidos mientras esperan juicio. La detención debe ser el último recurso y por el menor tiempo posible, como lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño (artículo 37), enfatizó Gregson
Gregson defendió la importancia de implementar alternativas a la detención infantil, como la justicia restaurativa, que reduce la reincidencia y fomenta la reinserción social.
La detención no funciona bien. Además, es sumamente perjudicial para la salud mental y física de los menores, con riesgo de violencia, depresión, disfunción cognitiva, autolesiones y hasta conductas suicidas, advierte Gregson, citando estudios de Naciones Unidas
En algunos países de la región, se están adoptando medidas alternativas, como la realización de servicio comunitario o trabajos reparativos bajo libertad condicional, con resultados prometedores.
Las cifras muestran una tendencia positiva en la región: de 46.000 menores detenidos en 2018 se ha pasado a 34.000 en 2024. Gregson celebró esta disminución, aunque advirtió que las estadísticas pueden fluctuar drásticamente en pocos países.
Esta disminución refleja buenas prácticas en la región que debemos compartir. Durante la pandemia de covid-19, muchos menores fueron liberados bajo libertad condicional, un paso significativo hacia alternativas más humanas
Sin embargo, persisten riesgos. Algunos países están reduciendo la edad mínima de responsabilidad penal y aumentando las penas, decisiones que no tienen un impacto comprobado en la reducción del delito infantil, según remarcó la experta.
La experta de Unicef concluye que la detención debe ser el último recurso, priorizando enfoques que garanticen la seguridad y bienestar de los menores, respetando los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño.
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