«Llevaba seis años en Brasil antes de decidirme a ir a Estados Unidos. Nos dijeron que podríamos acceder al TPS (Estatus de Protección Temporal), y hacía muchos meses que no teníamos trabajo por la pandemia», dijo Bernadette Baptiste, una de las miles de migrantes deportadas vía expedita, en diálogo con la Agencia Sputnik.
Baptiste fue devuelta con sus dos hijos menores de cinco años y narró cómo lloró cuando el avión aterrizó en el aeropuerto Toussaint Louverture de esta capital. «Mis sueños y el que tenía para mis hijos terminaron», dijo, mientras lamentó que no tenía ingresos para emprender nuevamente la travesía.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), del 19 al 27 de septiembre, al menos 3.456 haitianos se vieron obligados a regresar en 37 vuelos, mientras Washington aplicó el Título 42, una medida establecida tras la pandemia del covid-19, que permite expulsar inmediatamente a las personas extranjeras que ingresen o traten de ingresar al país por vía terrestre.
MUJERES Y NIÑOS
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó recientemente que dos de cada tres deportados son mujeres y niños, y estos últimos regresaron con sus padres a Haití aunque nacieron en países como Chile, Brasil o Colombia.
«Muchas familias llevan años en Latinoamérica antes de llegar a la frontera de Estados Unidos», confirmó en Twitter Giuseppe Loprete, jefe de misión de la OIM en Haití.
Hasta 15.000 migrantes, la mayoría haitianos, se reunieron en Del Río, Estados Unidos, para intentar pedir asilo en medio de una grave crisis, que fue objeto de críticas por el trato infligido especialmente a los ciudadanos del país caribeño.
Medios estadounidenses indicaron el viernes 24, que los lugares de reunión fueron despejados, y una alta cifra de los migrantes regresó voluntariamente a México.
Este martes el periódico La Jornada reveló que los albergues para acoger a estos ciudadanos en la capital azteca se encuentran saturados, y se agotan las capacidades para recibir a nuevas oleadas.