Las desavenencias entre personas son algo natural en la vida. Para resolverlas, no basta con tener habilidades comunicativas, emocionales o sociales. Las habilidades ayudan, pero sin un método que permita convertir las barreras en puentes lo más probable es entrar en un bloqueo crónico.
Ana Martín, fundadora de Personas y Soluciones, explica cómo gestionar esos conflictos sin necesidad de recurrir a terapias o litigios. Todas las personas tienen la capacidad para resolver las diferencias con otras personas. El problema es que carecen de método. Desconocen cómo funcionan los conflictos y cuál es la forma más efectiva para resolverlos de forma satisfactoria.
La palabra conflicto desagrada. Es algo que se quiere eliminar de la vida. De acuerdo con Ana Martín, el conflicto es en realidad el umbral de todo cambio. Cualquier paso adelante que se da en la vida, como puede ser formar una familia, cambiar de trabajo, gestionar un proyecto… implica necesariamente la conciliación de perspectivas y enfoques de diferentes personas.
En cada momento clave de la vida se presentan retos que requieren el entendimiento mutuo. La “intergestión” entre las personas implicadas sería mucho más sencilla si se cuenta con una serie de conceptos fáciles de comprender y aplicar. Esto es lo que Ana Martín ha condensado en una herramienta didáctica denominada La Próxima Puerta.
Cuando alguien necesita gestionar sus diferencias con otra persona puede recurrir a la secuencia de gestión propuesta en el método.
Esta secuencia incluye identificar el código P-IN de cada parte (su posición, su interés y su necesidad). Lo cual se realiza preparando una serie de interacciones comunicativas con la otra parte a través de las 5 zonas del territorio del conflicto, aplicando 6 acciones sencillas para las que el método ofrece un catálogo de técnicas que se pueden usar según la situación y el tipo de conflicto que se afronta. Al finalizar, el método permite conectar los códigos P-IN de cada parte para identificar cuál es la mejor de las salidas posibles.
Según Ana Martín Muñoz, abogada, trabajadora social y experta internacional en resolución de conflictos, hay varios factores que determinan la cantidad de salidas posibles. Uno es el nivel de competencia en el método que tengan las partes implicadas. El segundo es el nivel de temperatura en el que está el conflicto. Esto lo descubrió ejerciendo la abogacía y la mediación jurídica. Cuando las personas se han embarcado ya en un litigio es porque comienzan a considerar que su relación no es tan importe como el asunto que les ha llevado allí. Cuando las personas, en cambio, buscan opciones como la terapia o el coaching es porque aún consideran que hay una relación que preservar, tan importante como el asunto que tienen entre manos.
Recurrir a la vía legal o a la terapia es siempre poner el caso en manos de terceras personas: abogados, jueces, psicólogos o asistentes sociales, que definirán la ruta a seguir. En cambio, el abordaje didáctico de La Próxima Puerta busca dar a las personas el control del proceso de resolución de forma metódica y consciente para minorar el impacto negativo de las diferencias y aumentar la probabilidad de resolución satisfactoria. Solo cuando sea necesario se derivará o complementará con apoyo psicológico o legal.
La finalidad del método es aumentar la competencia de las partes en la resolución de sus diferencias. Un buen punto de partida es la formación para gestionar las desavenencias con este enfoque, lo cual se puede hacer con los cursos de La Próxima Puerta, que están disponibles de forma online a través de su web, o bien mediante talleres presenciales o telepresenciales.
Otra alternativa para quienes desean un acompañamiento personalizado es el servicio de Puentes Seguros. A través de este servicio, el equipo de Personas y Soluciones ofrece un acompañamiento a lo largo del proceso de resolución de un conflicto, ya sea para una de las personas implicadas o para todas ellas.
Por último, en Personas y Soluciones han desarrollado el Sistema REEC (Resolución Ecológica y Estratégica de Conflictos) para la resolución de conflictos en organizaciones. Este programa, actualmente en fase piloto, permite a empresas, centros educativos, centros médicos y otras instituciones implementar una serie de acciones y estrategias para aumentar la competencia de resolución de conflictos en sus comunidades y establecer vías de escalada y gestión controlada de los mismos.
En definitiva, en palabras de Ana Martín “no será posible una construcción de la paz en la vida y en la sociedad mediante la eliminación de las diferencias y los conflictos, sino con la gestión metódica y consciente de los mismos”.
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