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El Dr. Fernando Ruger Viarengo, Director Médico de UMEBIR habla del tratamiento de la Histaminosis Alimentaria HANA

Un referente médico en el país en materia de HANA aclara conceptos sobre la enfermedad. El Dr. Fernando Ruger Viarengo, de Clínica UMEBIR, forma parte de la Sociedad Andaluza para el Estudio de Intolerancias Alimentarias (SAEIA).

«Lo primero que me gusta cuando hablamos de algo es definirlo. Me gustaría explicar qué es HANA (Histaminosis Alimentaria No Alérgica)», afirma el doctor.

Lo primero y fundamental para evitar confusiones, según el Dr. Ruger Viarengo, es que es una patología con entidad propia y diferente de otras patologías de similar nombre. Es completamente distinta etiológicamente hablando y con un tratamiento distinto a una serie de enfermedades relacionadas a la histamina o síntomas relacionados a la histamina, como son: intolerancia a la histamina, mastocitosis, alergia alimentaria, intolerancia alimentaria, déficit de DAO genética, déficit de DAO funcional e intoxicación histaminérgica.

La HANA nada tiene que ver con todo lo mencionado. En su sintomatología poco tiene de influencia la histamina de los alimentos, la actividad de la DAO o el déficit genético o funcional de esta enzima. Todo esto tiene más relación con la intolerancia a la histamina, que no es una enfermedad sino un síntoma reversible producido por una enfermedad o trastorno intestinal que hay que descubrir y curar para superar dicha intolerancia.

La HANA es la acumulación de histamina a nivel tisular, donde poco influye la histamina de los alimentos o la actividad de la DAO. Esta acumulación es progresiva y sus síntomas se perciben cuando su nivel de histamina tisular es elevado, este nivel de histamina, al ser tisular, no se refleja en los exámenes de histamina en sangre ni en orina ni en el examen de la actividad de la enzima DAO, sea funcional o genética, solo podría detectarlo una biopsia de tejido, o el examen con el que nosotros junto a la consulta médica y la interpretación clínica, inferimos y detectamos alimentos sensibilizantes. Esta acumulación de histamina se suele dar por la asociación de un trastorno intestinal crónico por más de 12 meses, y/o una dieta repetitiva que genera la sensibilización de linfocitos en el intestino, y estos linfocitos generan el acoplamiento linfocito mastocito y consecuente liberación y acumulación de histamina en los tejidos que generan múltiples síntomas y muy variados. «Tenemos más de 50 síntomas identificados los grupos de trabajo que nos dedicamos a estos temas reunidos en asociaciones profesionales, como la Sociedad Andaluza para el Estudio de Intolerancias Alimentarias (SAEIA) de la cual estoy sumamente orgullos de formar parte».

Este diagnóstico nada tiene que ver con los test de intolerancias a 200 o 500 o 100 alimentos que se realizan en centros de nutricionistas, oficinas de farmacia, terapeutas o incluso algunos pseudogurus de la salud o PNI de forma online, que no tienen un fundamento científico diagnóstico de ningún tipo y solo hablan de que hay más permeabilidad de la fisiológica. «El resto es solo una gran mentira llamarlo intolerancia por encontrar inmunoglobulinas g frente a ese alimento”, afirma el Dr.

Los síntomas de HANA, entre muchos otros que se siguen descubriendo, son: dolor muscular, dolor de cabeza, cansancio que inicia cansado por la mañana se recupera a lo largo de la mañana y se agudiza después de comer, desequilibrios y mareos, trastornos de audición y pitidos en los oídos, trastornos del sueño, ansiedad, rinitis, cistitis a repetición sin encontrar bacterias y generando perdidas de orina, menstruación dolorosa, sensación de frío/calor, parestesias, prurito, sequedad de vagina, boca y ojos, aumento de secreciones vaginal, de ojos y saliva, hinchazón abdominal, dolor abdominal, depresión, diarrea y estreñimiento, contracturas de musculatura, lumbalgia crónica l5-s1 con deshidratación del disco, visión borrosa, olvidos o falta de concentración, incompetencia de esfínteres de vejiga y anales, picor corporal, urticaria inexplicable, eczemas psudopsoriásicas, coexistencia con enfermedades autoinmunes sobre todo Hashimoto, fascitis plantar, alteraciones del tendón rotuliano, hombro doloroso, dismenorrea endometriosis, dolor pélvico crónico, diagnóstico de fibromialgia, diagnóstico de fatiga crónica, diagnóstico de sensibilidad química múltiple, manejo inadecuado de los líquidos corporales con edema corporal y retención de líquidos dolor de glúteos al estar sentado por demasiado tiempo, e incluso problemas de fertilidad femenina al producir desajustes importantes a nivel hormonal.

El diagnóstico es meramente clínico en una consulta médica adecuada, y se confirma con analíticas de precisión y específicas de enfrentamiento de los linfocitos b con los mastocitos en test de 3ª generación, interponiendo proteínas específicas que dan lugar a poder valorar la liberación de histamina para cada proteína específica de altísima purificación.

La sensibilización a proteínas específicas de alimentos que no se han digerido en forma adecuada sucede por diferentes trastornos digestivos, y sumado a que existan lesiones en el tubo digestivo o bien en su estructura o bien en su función que permite este encuentro celular linfocito-mastocito-proteína. La otra posibilidad también es la repetición en la frecuencia de alimentos debido a intolerancias o a otras causas, que genera sensibilización, aunque siempre debe haber una alteración digestiva que el paciente la conozca o no la conozca.

Como se puede observar, la sintomatología es sumamente amplia y se puede confundir con cualquier otra patología, incluso con síntomas extradigestivos de origen en tubo digestivo, con lo cual aunque su diagnóstico no es complejo, si no se piensa en él, no se diagnostica y si no se diagnostica no se cura, y esto puede llevar a recuperar pacientes de patologías complejas como el sibo, candidiasis, disbiosis, permeabilidad intestinal, parasitosis, y que aunque hayan mejorado sustancialmente los síntomas, pueden permanecer algunos síntomas mínimos que llamamos persistentes, y esto suele corresponder en el gran porcentaje de los casos, pero si en más de un 95%, a HANA.

Una vez se diagnostica el problema, se eliminan las proteínas sensibilizantes por cierto periodo de tiempo y se reintroducen cuando dicha sensibilidad histaminérgica desaparece, haciendo controles periódicos de la evolución de estas liberaciones a proteínas específicas, explica el doctor.

Por ser un sencillo diagnóstico y una interpretación clínica no muy compleja, dado la mejoría sustancial ante el tratamiento, es un diagnóstico en el que se debe pensar como especialistas y descartarlo en forma sencilla cuando los síntomas, la entrevista y la evolución clínica de los pacientes lo amerita.

No se debe confundir con intolerancia a la histamina, síndrome mastocitario, déficit de DAO (funcional o genético) o alergias, que son otras patologías y en algunos casos son síntomas como la intolerancia a la histamina que se eliminan de forma espontánea al corregir la patología que lo produce.

Para diferenciar todo esto de HANA se necesita conocimiento y experiencia médica adecuada para no confundir ni condenar al paciente a una cronicidad innecesaria de dietas, hábitos o incluso cambios afectivos vinculares o de su entorno social.

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