En el segundo mes de 2022, el precio de los alimentos en tasa interanual subió un 7,9 por ciento, nueve décimas más que el mes anterior, mientras que la subida del precio de la energía se desaceleró por segundo mes consecutivo hasta el 25,6 por ciento, un descenso de más de un punto porcentual.
Dentro de los precios energéticos, destacó en febrero el encarecimiento de un 38 por ciento de la gasolina, así como el incremento del 12,3 por ciento de los servicios energéticos.
De este modo, la tasa de inflación subyacente interanual, que excluye el impacto de la energía y de los alimentos, se situó en enero en el 6,4 por ciento, la mayor subida desde agosto de 1982.
En términos mensuales, en el mes de febrero el IPC repuntó un 0,8 por ciento, dos décimas más que la subida mensual de enero. El coste de los alimentos se encareció en el mes un 1 por ciento, una décima más que el mes anterior, mientras que la energía también subió un 3,5 por ciento, frente al incremento del 0,9 por ciento mensual de enero.