Dicha medida, aprobada tanto por el Senado como por la Cámara de Representantes, permitirá al gobernador reemplazar a la junta que lidera el distrito «especial», creado a finales de los 60 específicamente para que Disney pudiese construir sus parques temáticos en la zona, por miembros favorables al partido republicano.
A través del Distrito de Mejora de Reedy Creek –en los límites de Orange y Osceola– se permitió que Disney, en una suerte de autogobierno, fuera responsable de establecer y mantener los servicios municipales, así como de emergencias.
De esta forma, el cuerpo que regía el distrito, que antes estaba formado por personalidades ligadas a la compañía, tendrá ahora cinco miembros designados personalmente por el gobernador, entre los que se encuentra el abogado y donante republicano Martin Garcia.
Con ello, DeSantis busca acabar con el «estatus de Gobierno de Disney» para traer «una nueva época de transparencia» y de «trato preferencial». La medida asegura que «Disney pagará su parte de impuestos», ha precisado en Twitter el gobernador.
La decisión de DeSantis de pedir al Congreso que pusiera fin al Distrito de Mejoramiento de Reedy Creek es vista tanto por demócratas como por republicanos como una suerte de venganza contra la compañía por su críticas a la ley que prohíbe hablar sobre diversidad sexual en las escuelas primarias del estado de Florida.
DeSantis sugirió en abril posibles represalias contra Disney por sus opiniones. «No apoyo los privilegios especiales en la ley solo porque una empresa es poderosa», aseguró, aludiendo además al «coladero» de impuestos que suponían estos distritos «especiales».