«La población de la Mancomunidad del Chocó Andino debe tener la capacidad de decidir si quiere o no minería, que esa decisión sea del pueblo, no del Gobierno central ni de intereses económicos de mineras transnacionales, por eso estamos vigilantes», dijo a la prensa la abogada de la Mancomunidad, que agrupa a varias organizaciones, Silvia Bonilla.
El Chocó Andino es una región rica en biodiversidad, en cuyos territorios habitan osos de anteojos, monos, pumas, tigrillos, colibríes así como diversas especie de orquídeas y helechos, a más de tener varios ríos y cascadas, que quienes se oponen a la actividad minera dicen que se destruirían.
Con tambores, pancartas y banderas, activistas de colectivos ambientalistas como la Red Caminantes y Quito Sin Minería se congregaron en los exteriores de la CC en la capital para conocer el estado de la iniciativa de consulta popular presentada en marzo.
De acuerdo con Bonilla, la CC tiene un plazo de 20 días para emitir un dictamen a partir del martes, cuando la Secretaría de ese organismo notificó a los solicitantes sobre la recepción del expediente.
La Mancomunidad del Chocó Andino está conformada por las parroquias de Pacto, Calacalí, Nono, Nanegal, Nanegalito y Gualea, las cuales forman parte del Distrito Metropolitano de Quito, y se ubican en el noroccidente de la capital ecuatoriana.
En 2018 la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró al Chocó Andino como la Séptima Reserva de Biósfera de Ecuador.