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Golpe de Estado

Seguidores de Bolsonaro piden a los militares que den un Golpe de Estado

Con gritos como "Intervención federal ya" y pancartas como "Fuerzas Armadas salven nuestro Brasil".

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su hijo Flavio

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su hijo Flavio

Miles de seguidores del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se concentraron la mañana de este miércoles frente a la sede del Ejército en el centro de Río de Janeiro (sureste) pidiendo un golpe militar para que el jefe de Estado electo el domingo, Luiz Inácio Lula da Silva, no asuma el poder.

Con gritos como «Intervención federal ya» y pancartas como «Fuerzas Armadas salven nuestro Brasil», los manifestantes cuestionaban el resultado de las elecciones, que consideran un fraude a pesar de que no hay ninguna prueba en ese sentido.

«Intervención federal quiere decir que el Ejército, los militares, las Fuerzas Armadas, tomen el poder y elijan al presidente, podrán dejar en el poder a nuestro presidente actual», decía Leonardo Souza Lima, empleado en un centro comercial, a la Agencia Sputnik.

Como él, la mayoría de los presentes pedía ayuda a los militares en un momento que consideran muy peligroso para el futuro del país: «Tengo miedo a que instauren el comunismo en Brasil», decía Reginaldo Rodrigues, un sargento reservista de la Marina.

La protesta transcurrió en un clima de normalidad, a pesar del griterío, los petardos y las pancartas con lemas antidemocráticos, algunas de las cuales pedían el cierre del Supremo Tribunal Federal y del Tribunal Superior Electoral.

Los manifestantes no traspasaron el cordón de seguridad montado frente al Palacio Duque de Caxias, sede del comando militar del Ejército en Río, y se limitaron a protestar cantando el himno nacional o incluso rezando el Padre Nuestro.

En su discurso, dos días después de su derrota en las urnas, Bolsonaro prometió respetar la Constitución, pero no reconoció abiertamente la victoria de Lula y dijo que las manifestaciones populares de los últimos días son fruto de la «indignación» y un «sentimiento de injusticia».

Para muchos de sus votantes, eso fue una señal de que hay que movilizarse: «Fue estratégico, él no lo podía decir de otra forma, porque si no, no estaría dentro de las cuatro líneas de la Constitución», afirmó Marcinho França, un funcionario público.

A lo largo del día se esperan protestas similares frente a los cuarteles de las principales ciudades del país.

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