«Soy optimista, muy optimista; por primera vez soy optimista y creo que concluiremos ese acuerdo aún en este año», dijo en rueda de prensa desde Bruselas (Bélgica), según recoge el diario Folha de São Paulo.
No obstante, Lula criticó el dispositivo adicional que la UE añadió al acuerdo y que prevé sanciones económicas en caso de que Brasil no cumpla sus compromisos ambientales.
El líder brasileño dijo que se trataba de una «carta agresiva» y que los socios históricos deben debatir con propuestas, «no con amenazas».
En este sentido, afirmó que su Gobierno ya hizo una propuesta brasileña que se está discutiendo internamente con el resto de países del Mercosur para dentro de dos semanas mandar una misiva a la UE.
Lula también explicó que Brasil no piensa ceder en la pretensión de la UE de competir en pie de igualdad con las empresas brasileñas a la hora de presentarse a compras gubernamentales.
El presidente remarcó que para Brasil ese instrumento es clave para el desarrollo interno, para ayudar a las pequeñas y medianas empresas y para reindustrializar el país.
El acuerdo entre la UE y el Mercosur se firmó en junio de 2019 tras casi dos décadas de negociaciones, pero está paralizado desde entonces por falta de consenso entre todos los países.