El acto de presentación ha tenido lugar en Sao Paulo y no ha contado ni con la participación de Lula ni con la de Alckmin, quienes se encuentran de precampaña en el estado de Pernambuco (noreste), Este mismo jueves está previsto que participen en varios actos en la capital, Recife.
A pesar de que se ha retrasado más de lo que en un principio estaba previsto, era un secreto a voces que Lula se presentaría como el principal favorito a suceder al presidente, Jair Bolsonaro, del Palacio de Planalto, desde que la Justicia brasileña le restituyó sus derechos políticos tras su encarcelación.
El evento ha tenido carácter meramente protocolar, con la presencia tan solo de la directiva del PT, entre ellos su presidenta, la diputada federal Gleisi Hoffmann. La alianza con la que se presenta Lula está compuesta también por el Patido Socialista Brasileño (PSB), el Partido Comunista de Brasil (PCdoB), el Partido Verde (PV), Rede, el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y Solidariedad.
Esta será la sexta vez que Lula se presenta a unas elecciones. Anteriormente, se impuso en las de 2002 y 2006, mientras que salió derrotado en las de 1989, 1994 y 1998. Ahora, el líder del PT lidera las encuestas de intención de voto y algunas de las más optimistas le sitúan cerca de vencer incluso en la primera vuelta.
Esta propuesta para desbancar a Bolsonaro está formada por dos antiguos rivales políticos, lo que en un principio no fue bien visto en amplias capas del PT. Alckmin, uno de los fundadores del conservador Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), abandonó las siglas en diciembre de 2021 después de tres décadas en una formación que desde los 90 ha sido archienemiga de la de Lula.
La candidatura se ha hecho oficial un día después de que los afiliados del PT aprobaran con el 94 por ciento de los votos un documento programático en el que se recoge la candidatura Lula-Alckmin en base al momento «decisivo» al que la sociedad brasileña tendrá que hacer frente en las siguientes elecciones, cuenta ‘O Globo’.
Se trata de un año «decisivo» no solo «para superar la gravísima crisis social, política y económica en las que Brasil ha sido hundido por la acción de fuerzas contrarias al proyecto de transformación democrática», sino también para derrotar a Bolsonaro, cuyas «actitudes democráticas» han dejado «cada vez más claro» que más que un adversario electoral, es un «enemigo de la democracia y las libertades.