Desde marzo, el banco ha mejorado sus previsiones en 1,7 puntos. Por aquel entonces, divulgó una tasa de crecimiento estimada del 1,2%. Sin embargo, debido a las sorpresas positivas que ha dado el PIB de Brasil tanto en el primer como segundo trimestre, la entidad ha apostado por esta fuerte revisión al alza.
Además de este desempeño positivo del PIB en los dos primeros trimestres del año, el banco central ha señalado que las previsiones son «ligeramente más favorables» en la mayoría de sectores económicos.
En el sector agrario, se espera un crecimiento del 13% al cierre del año, frente al 10% estimado en junio, lo que obedece a una mejora de las expectativas de producción agrícola, que se espera que sea de récord. En el caso de la industria, la revisión fue de 1,3 puntos porcentuales, hasta el 2%, con mejoras principalmente en la construcción y el segmento extractivo.
Mientras, en el caso del sector servicios, se espera un desempeño más positivo en todas las divisiones, con excepción del comercio. En cifras, el crecimiento de servicios pasó del 1,6% previsto en junio al 2,1%.
Esta revisión al alza por parte del Banco Central de Brasil coincide en el tiempo con las previsiones de otros organismos internacionales, como la Cepal, que ha destacado la situación de Brasil por ser uno de los países con una de las mayores revisiones al alza en apenas cinco meses, pasando del 0,8% de expansión al 2,5%.
Con todo, algunos aspectos en el plano nacional e internacional podrían provocar una desaceleración económica en Brasil en los próximos trimestre de este año y en 2024, con un ritmo de crecimiento menor. Así, para el próximo año, el banco central pronostica una expansión del PIB del 1,8%.
«El escenario externo se muestra incierto, con perspectivas de desaceleración de la actividad económica en los países avanzadas y de un menor crecimiento de la economía de China, en medio de las constantes presiones inflacionarias», explica el informe.
En lo que se refiere a la evolución de la inflación en Brasil, el banco central espera que cierre el año en el 5%, al igual que en su informe anterior. Para el año 2024, ha elevado su previsión al 3,5% y, para 2025, se ha mantenido en el 3,1%.
Varios factores han incidido tanto al alza como a la baja para pronosticar la inflación de 2023. Desde el punto de vista negativo, la fuerte subida del precio del petróleo y la caída de los tipos podrían llevar a una revisión al alza. Por el contrario, la reducción de las expectativas y los datos más bajos de los esperados en los últimos meses han permitido mantener el pronóstico del 5%.
Por el momento, el banco central ya ha reducido en 100 puntos básicos los tipos de interés, hasta el 12,75%, aunque se mantiene firme en su decisión de aplicar una política monetaria «contractiva» para consolidar la caída de la inflación.
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