A pesar de que la conocida como nueva ‘Ley Aldir Blanc’ contó con el visto bueno del Gobierno cuando se aprobó en marzo en el Senado por 74 votos a favor y ninguno, en esta ocasión Bolsonaro ha justificado el veto afirmado que esta propuesta de ley es «contraria a los intereses públicos» y es «inconstitucional».
Unos argumentos que contrastan con las buenas palabras que el senador del Partido Liberal (PL) Carlos Portinho, quien aseguró que la nueva ‘Aldir Blanc’ era «una política pública verdadera para o sector de la cultura».
«Quedo satisfecho con el proyecto, el Gobierno también», celebró Portinho después de que se aprobara una norma, que establece que el 80 por ciento de los recursos irían a parar para, cursos, convocatorias, talleres y producciones artísticas que pudiesen ser transmitidas a través de Internet, así como para el mantenimiento de espacios culturas que desarrollen actividades de manera regular.
El otro 20 por ciento restante se invertiría en acciones que incentivaran de manera directa programas y proyectos destinados a democratizar el acceso a la cultura en las periferias de las ciudades, zonas rurales y pueblos originarios.
Sin embargo, Bolsonaro considera que el texto «quita autonomía» al Gobierno para poder redistribuir los recursos como mejor considere, además de «debilitar» las reglas con las que hacen seguimiento y controlan la eficiencia y gestión de cómo se hacen uso de esas partidas, informa el diario ‘O Globo’.
Se trata de nuevo varapalo para la cultura brasileña en apenas un mes, después de que Bolsonaro también tumbara en abril la Ley Paulo Gustavo –que también contó con la aprobación de una mayoría absoluta en el Congreso–, con la que se pretendía inyectar 3.800 millones de reales (716 millones de euros) al sector para contrarrestar los estragos que la pandemia de coronavirus había ocasionado.