«Aquí tenemos todo para ser una gran nación. Tenemos todo, ¿qué falta? Que no se interpongan unos cuantos. Si no tienes ideas, cállate. Ponte la toga y quédate ahí. No vengas a molestar a los demás», ha expresado Bolsonaro en referencia a los jueces del Supremo, que le tienen en el punto de mira de varias investigaciones.
Bolsonaro se ha referido a los «enemigos» que hay en la Plaza de los Tres Poderes –sede del Tribunal Supremo, el Congreso y el Palacio del Planalto– y sin citar a la jueza Rosa Weber ha criticado la reciente decisión de la magistrada de no archivar una investigación en su contra por prevaricación en la compra de la vacuna india contra el coronavirus.
«La Policía Federal ha dicho que no tengo nada que ver con la vacuna, que no fue comprada, pero una jueza, ‘no, no voy a archivar’. Eso es probable de detención del presidente. ¿Qué quieren esas personas? ¿Qué tienen en la cabeza?», se ha preguntado irónicamente Bolsonaro.
Entre los señalados durante su discurso también han estado los jueces del Supremo Luís Roberto Barroso, Alexandre de Moraes y el también presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Edson Fachin, a quienes les ha advertido de que «no serán dos o tres los que decidirán cómo se contarán esos votos».
«El pueblo armado nunca será esclavizado. Y pueden estar seguros de que, con motivo de las elecciones de 2022, se contarán los votos en Brasil», ha insistido Bolsonaro en sus teoría de la conspiración con respecto a la poca fiabilidad del sistema electoral brasileño.
Durante su discurso también ha tenido tiempo para realizar un nuevo elogio a la dictadura militar, un periodo marcado por las torturas, muertes y desapariciones. Al menos unas 6.000 denuncias por estos hechos recibió la Justicia Militar, aunque algunas estimaciones hablan de hasta 20.000.
«Todos aquí tenían derecho (…) de ir y venir, de salir de Brasil, de trabajar, de construir una familia, de estudiar», ha asegurado, informa el diario ‘Folha de Sao Paulo’.
CAMBIOS MINISTERIALES
Este jueves han dejado su cargo formalmente nueve ministros, con motivo de sus aspiraciones por ocupar algunos de los escaños del Congreso de Brasil o el de algunas cámaras legislativas estatales en las elecciones de octubre, en las que Bolsonaro intentará revalidar mandato.
A la espera de que se haga oficial la salida del ministro de Defensa, el general Braga Netto, y con ello su presentación como compañero de formula de Bolsonaro, su sustituto será el también castrense Paulo Sérgio Nogueira de Oliveira.
El resto son Tarcísio de Feitas, que deja el Ministerio de Infraestructuras a Marcelo Sampaio; Joao Roma, que cede Ciudadanía a Ronaldo Bento; Damares Alves, quien sale de la cartera de Mujer, Familia y Derechos Humanos por Cristiane Britto; mientras que el titular de Ciencia ya no será Marcos Pontes sino Paulo Alvim.
Además, Onyx Lorenzoni deja la titularidad del Ministerio de Trabajo a Jose Carlos Oliveira y Tereza Cristina la de Agricultura a Marcos Montes. Flávia Arruda sale de la Secretaría de Gobierno, que será ocupada ahora por Célio Faria. Turismo es asunto ahora de Carlos Brito y no de Gilson Machado, mientras que Rogério Marinho cede Desarrollo Regional a Daniel de Oliveira Duarte.
Fuera de otros cargos ministeriales, también han sido exonerados de sus responsabilidades para poder presentarse a las elecciones Mario Frias, quien estaba al cargo de la oficina de Cultura.
En el caso del Ministerio de Educación, Milton Ribeiro deja su puesto a Victor Godoy, después de un escándalo de corrupción y supuestos tratos de favor que en los últimos días han salido a la luz.
La prensa brasileña reveló una serie de audios en los que Ribeiro reconocía una suerte de gabinete paralelo en el que dos pastores evangélicos, a petición de Bolsonaro, decidían cómo repartir el presupuesto del Fondo Nacional de Desarrollo de Educación (FNDE) del ministerio.
La legislación electoral brasileña establece que aquellas personas que pretendan presentarse a las elecciones deben primer dejar sus cargos públicos con un plazo máximo de al menos seis meses de antelación de la cita con las urnas.