En la misma decisión, el TCU ha hallado culpables de las irregularidades al expresidente de la empresa estatal, José Sergio Gabrielli, y a otras seis personas, según recoge el medio brasileño G1.
En 2006, Petrobras, en cuyo Consejo de Administración se encontraba Rousseff, entonces ministra de la Presidencia del Gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, adquirió la refinería pagando una cantidad ocho veces mayor que la desembolsada por el anterior propietario de la misma.
En el marco de este caso, en 2014 el TCU ya había absuelto a la expresidenta y responsabilizado a Gabrielli y otros exdirectores de la petrolera, si bien la decisión adoptada este miércoles es la conclusión de otro proceso de 2017 en el que se determinó que los exmiembros de la junta directiva de la estatal eran los responsables de la compra y perjuicio a la misma.
La compra de la refinería, investigada dentro de la operación ‘Lava Jato‘, siempre estuvo rodeada de polémica y ha sido uno de los puntales de la trama de corrupción en Petrobras. Cuando se compró en 2006, Petrobras pagó 350 millones de dólares (unos 292 millones de euros) por la mitad de la refinería, un valor muy superior al que la empresa belga Astra Oil pagó tan solo un año antes por toda la refinería, 42,5 millones de dólares (unos 35,4 millones de euros).
En 2012, en el Gobierno de Rousseff, Petrobras se vio obligada a comprar la otra mitad de la refinería ya que estaba previsto en el contrato, pagando 820 millones de dólares (unos 684,6 millones de euros)