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Indígenas

Las 36 lenguas indígenas de Bolivia están en riesgo de extinguirse

"De las 36 lenguas indígenas reconocidas casi la totalidad están en riesgo. Probablemente la excepción sea la lengua guaraní, porque es un pueblo que está presente en Argentina, Paraguay y Bolivia".

Manifestantes a favor del expresidente de Bolivia Evo Morales

Indígenas Bolivianos

Indígenas de Bolivia alertan del riesgo de extinción de la mayoría de las 36 lenguas nativas, reconocidas en la Constitución Política del Estado (CPE) en 2009, a consecuencia de factores como la globalización, contaminación minera y explotación forestal.

«De las 36 lenguas indígenas reconocidas casi la totalidad están en riesgo. Probablemente la excepción sea la lengua guaraní, porque es un pueblo que está presente en Argentina, Paraguay y Bolivia. Pero después, todas las demás lenguas están en riesgo de sufrir esta desaparición», manifestó el vocero de la Coordinadora Nacional de Defensa de los Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (Contiocap), Alex Villca, en entrevista con la Agencia Sputnik.

Para este activista de 44 años, de origen uchupiamona, son múltiples las causas que están poniendo en riesgo la desaparición de pueblos y con ello de sus lenguas.

«Una gran mayoría de los pueblos indígenas de la Amazonia boliviana están en riesgo de perder su territorio, su identidad y su lengua. Eso es bastante preocupante. Los esse eja y chimanes sufren una presión constante de la minería, explotación forestal y agricultura», detalló.

Los idiomas nativos en Bolivia se pueden clasificar en dos grupos por la región geográfica en la que se hablan: las de los Andes como el quechua y el aymara, y las de tierras bajas en la Amazonia boliviana como el guaraní y chimán.

De acuerdo con datos del Censo de Población de 2012, el 68,7 por ciento de los bolivianos habla el castellano, 18 por ciento el quechua, 11,1 por ciento aymara, 0,6 por ciento guaraní y 0,1 por ciento chimán.

En su criterio, el sistema educativo no está logrando recuperar las lenguas locales, luego de que los indígenas fueron sometidos por cientos de años a procesos civilizatorios como la evangelización cristiana y educación bajo modelos europeos.

Empujados por la necesidad de supervivencia, los indígenas bolivianos como los quechuas, aymaras y guaraníes se adaptaron con el tiempo a la sociedad moderna, por lo que tuvieron que migrar a las provincias y ciudades capitales para recibir educación formal.

«El algún momento, el castellano ha sido impuesto en nuestros territorios, pero producto de la globalización y la tecnología también hay una necesidad de aprender idiomas extranjeros como el inglés», dijo.

EXTINCIÓN DE UCHUPIAMONAS

Los uchupiamonas son los antepasados de villca, que fueron contactados por occidentales en 1616, y en 1887 ellos perdieron la lengua con la muerte de los últimos hablantes.

Similares suertes corren los yuki, cuya población apenas llega a 360 en la provincia Chapare, del departamento de Cochabamba (centro), y los toromona, de quienes se desconoce con exactitud si aún viven en la selva del norte de Bolivia.

San José de Uchupianoma, al norte de La Paz, en el Parque Nacional Madidi, es la tierra de los uchupiamona, donde hoy se habla quechua producto de las misiones de evangelización.

También se habla el dialecto tacana por la colindancia de su territorio con este grupo indígena de la Amazonia boliviana.

EN LA FAMILIA Y EN LA ESCUELA

Las nuevas generaciones dejaron de practicar las lenguas indígenas y su uso se redujo a los adultos en el seno familiar, según explicó el profesor de la lengua besiro de la Universidad Indígena Guaraní Apiaguaiki Tupa, Ignacio Tomichá, en contacto con la Agencia Sputnik.

«En el caso de Bolivia hubo muchas normativas a favor de la revitalización de las lenguas y la cultura en los ámbitos educativo y político, pero las lenguas siguen en proceso de desaparición», afirmó el académico, que proviene del pueblo indígena chiquitano.

En el este de Bolivia, que comprende los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, las lenguas zamuco, guarasugwes y besiro están en proceso de desaparición, porque ya no se transmiten de generación en generación y también sus hablantes son discriminados en las ciudades.

«En el caso del besiro, hubo un corte de transmisión que hizo que las nuevas generaciones ya no la practiquen. Está en proceso de desaparición, lo que quiere decir que, si no se hace nada, en unos 50 años ya no se escuchará el besiro», lamentó.

En su familia, busca transmitir el besiro a sus descendientes, para que ellos hagan lo mismo en el futuro.

«Tengo mi hijo de seis años y él habla el idioma besiro, porque yo le hablo todos los días, de manera natural en diferentes espacios para que pueda practicarlo», manifestó.

Ante esta situación, el director del Instituto Plurinacional de Estudio de Lenguas y Culturas (IPELC), Erasmo López Rivero, explicó a la Agencia Sputnik que se impulsa desde el Gobierno boliviano el aprendizaje de los dialectos desde la educación inicial en los colegios.

«Estamos trabajando con un mecanismo para que se pueda revitalizar las lenguas desde los colegios. Por eso, impulsamos el Decenio de las Lenguas, inaugurado en esta gestión en la que se presentó material didáctico para la difusión», argumentó.

PANORAMA MUNDIAL

Actualmente, existe el riesgo de la desaparición del 40 por ciento de las lenguas indígenas en el mundo, alertó el vicencanciller de Bolivia, Freddy Mamani, en la inauguración del Decenio de las Lenguas Indígenas 2022-2032 en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el 12 de diciembre en Francia.

«Más del 40 por ciento de las 7.000 lenguas habladas en el mundo están en serio riesgo de silenciamiento. En América Latina y el Caribe atravesamos por la misma situación por el racismo y discriminación, y por la insuficiente atención y financiamiento otorgados por los Estados a las lenguas indígenas», manifestó, en su intervención.

El diplomático boliviano indicó que aproximadamente 550 lenguas nativas se hablan en América Latina y están en condición de vulnerabilidad, y más del 50 por ciento corren riesgo de ser silenciadas.

Un dato preocupante es que menos del dos por ciento de las lenguas indígenas tienen presencia en internet, lo que impide que millones de hablantes participen plenamente en la sociedad.

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