«Estamos con volúmenes inferiores a los que tiene nuestro programa de demanda y eso nos impide cumplir al 100 por ciento con el abastecimiento en los diferentes sectores», explicó el ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, en conferencia de prensa.
El funcionario agregó que la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ya tiene previsto importar combustibles para vender a precio internacional y así cubrir la demanda de todo el sector productivo.
«Hoy estamos con el sector minero y vamos a reunirnos con los diferentes rubros para que la economía continúe activa y no se perjudique al sector productivo», dijo Gallardo.
Entre las actividades más afectadas está la agrícola, que está en plena campaña de cosecha de soja y otros cultivos.
Bolivia registra una escasez de diésel y gasolina desde 2024, debido a la falta de dólares para importar combustibles y una disminución persistente de la producción local.
El litro de diésel cuesta actualmente 3,72 bolivianos (0,53 centavos de dólar) debido a la subvención estatal.
Sin embargo, su costo puede llegar a triplicarse en el mercado interno si se vende a precios internacionales.
El gasto de la importación de diésel y gasolina de Bolivia se duplicó en 2023 de 1.500 a 3.000 millones de dólares, de acuerdo con datos de YPFB.
El 86 por ciento de diésel y el 56 por ciento de gasolina que se consume en el mercado interno de Bolivia es importado.