«Tenemos un mercado potencial y el objetivo es poder volver a Bolivia un centro de fertilizantes, un referente en fertilizantes para Sudamérica y poder cubrir toda esa demanda que tiene Brasil, Uruguay, Argentina y Perú», afirmó, en entrevista con el canal estatal Bolivia TV.
Bolivia se inició en septiembre de 2017 como productor de fertilizantes como la urea en la planta Marcelo Quiroga Santa Cruz, ubicada en el departamento de Cochabamba, al centro de Bolivia, con una inversión de 950 millones de dólares.
La urea es el fertilizante nitrogenado más empleado para cultivos de arroz, maíz, trigo, caña de azúcar, entre otros, y es de mayor uso a escala mundial.
El máximo ejecutivo de YPFB estima que hasta diciembre se logrará generar al menos 400 millones de dólares en ventas.
La industria boliviana alcanzó su máxima capacidad el 18 de agosto y produce actualmente 2.100 toneladas por día de fertilizantes, según confirmó el presidente de Bolivia, Luis Arce, en una publicación en Twitter.
La empresa estatal operaba al 80 por ciento de capacidad tras su reactivación en 2021, luego de permanecer paralizada por más de un año en la gestión del Gobierno de facto de Jeanine Añez (2019-2020).
MAYOR DEMANDA
La demanda de urea a escala internacional aumentó, sobre todo por las sanciones a las exportaciones de Rusia, que es uno de los mayores proveedores de fertilizantes del mundo, a raíz de su operación militar especial en Ucrania.
«En esta coyuntura, la mayoría de los países no tiene acceso a la urea y Bolivia tiene seguridad alimentaria con urea garantizada, que es un producto que se genera a partir de la industrialización del gas y es muy requerido a nivel mundial. Brasil, Paraguay, Perú, Panamá y Colombia nos piden el producto», destacó Dorgathen.
Ante ello, se plantea realizar estudios para construir una segunda planta en 2023 exclusiva para la exportación.
El proyecto de la segunda planta de urea busca duplicar la capacidad de la actual fábrica con una inversión de hasta 2.000 millones de dólares y una capacidad de producir 4.200 toneladas por día.
De acuerdo con las estimaciones de la estatal YPFB, generará ingresos para Bolivia por 800 millones de dólares anuales.