«El Gobierno nos ignoró y nos hemos visto obligados a determinar en una reunión el incremento en el precio. No tenemos la capacidad de importar harina de trigo», explicó.
Los panaderos de Santa Cruz se abastecen del mercado local para elaborar el pan, que es un alimento básico en la dieta de los bolivianos, y no acceden a la subvención del Gobierno como los panificadores del occidente del país.
Actualmente, el saco de 100 kilos de harina de trigo cuesta 280 bolivianos (40,7 dólares), mientras que antes se lo adquiría en 170 bolivianos (24,7 dólares).
Bolivia consume anualmente cerca de 750.000 toneladas de trigo, pero la producción nacional de trigo alcanza apenas a 336.000 toneladas.
En 2021 importó cerca de 55.000 toneladas de trigo, por un valor de 14 millones de dólares, y poco más de 266.000 toneladas de harina de trigo, por 93 millones de dólares, de acuerdo con datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).