Argentina ha vuelto a sorprender con el desenlace de esta convocatoria electoral, como ya sucediera en los comicios primarios de agosto. El postulante de la coalición peronista Unión por la Patria alcanzó el 36,6 por ciento de las adhesiones (9,6 millones de votos) y desplazó del primer lugar al candidato del partido ultraderechista La Libertad Avanza, el diputado y economista Javier Milei, rezagado con el 29,9 por ciento de los sufragios (7,8 millones de apoyos).
«Creo que Massa hizo una especie de milagro. Vamos a encontrar muy pocos casos en la historia democrática mundial de alguien que tenga un éxito electoral en condiciones tan adversas, no es lo usual», evalúa en una entrevista con la Agencia Sputnik el doctor en Ciencia Política Julio Burdman.
El candidato que duplicó la inflación desde que asumió como ministro en agosto de 2022 es el que puede conseguir que el peronismo se preserve en el poder. Fue el mejor político de esta campaña, a juicio del analista argentino, profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
«Fue un milagro meritorio que construyó él mismo, al moverse con mayor inteligencia», sostiene.
Envalentonado por la ventaja que le otorgaban la mayoría de las encuestas, que una vez mostraron su vocación a las estimaciones fallidas, Milei no se percató del daño autoinflingido que ocasionaron las declaraciones disparatadas de algunos de sus colaboradores, como el de orador que, en el cierre de campaña, llamó a romper con El Vaticano en un partido en el que parte del electorado es católico y antiaborto.
«Buena parte de la campaña de Milei iba contra el conjunto de la política, la casta, y le funcionó muy bien para crecer, pero encontró un límite cuando tuvo que mostrar su armado político. Se vio que las personas que lo rodeaban estaban poco preparadas, que Milei era un fenómeno muy individual porque todo lo que había armado había prendido en parte de la sociedad, pero cuando otras personas tomaron el micrófono en su nombre, empezaron a contradecirse y su campaña se empezó a debilitar», refiere Burdman.
NUEVO ESCENARIO
Al no haber superado el porcentaje mínimo requerido, los dos candidatos más votados en estas elecciones se enfrentarán en una segunda vuelta el 19 de noviembre. Ambos cuentan con menos de un mes a quienes le sustrajeron su apoyo, entre ellos, los votantes de la alianza conservadora Juntos por el Cambio.
Este frente fundado por el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), que postuló a la presidencia a la que fue su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se vio relegado al tercer lugar con 23,8 por ciento de los sufragios (6,2 millones de adhesiones).
A decir por los discursos que exhibieron los candidatos más votados en estas elecciones, parecería que ya han fijado su nueva estrategia de campaña. El postulante oficialista, cuya fuerza obtuvo 3 millones más de votos que en las elecciones primarias, apeló al electorado de sus competidores y a los abstencionistas y prometió ganarse su confianza con un Gobierno de unidad nacional.
«Muchos de los que nos votaron son los que más están sufriendo, no les voy a fallar», prometió tras conocer los resultados.
Milei, que logró 750.000 votos más que en las elecciones de agosto, vio frustrada su expectativa de ganar en primera vuelta, aunque ha conseguido la hazaña de que su espacio se convierta en la principal fuerza antiperonista en menos de dos años.
Al evaluar la jornada electoral de la víspera, el economista dejó de lado su discurso contra la casta y aseguró que le pondría «la tapa al ataúd del kirchnerismo», haciendo suyo el lema central de la campaña electoral de Bullrich.
Ante la derrota de su candidata, Juntos por el Cambio corre el riesgo de desmembrarse. Su eslabón más débil son los radicales aglutinados en la Unión Cívica Radical, que pueden verse desmotivados de seguir en esta alianza, sin candidatos en lugares de relevancia dentro de este espacio.
El líder de La Libertad Avanza dejó en claro su intención de integrar en su equipo al expresidente Macri, quien a su vez no tuvo reparos en aproximarse al economista en plena campaña pese al daño que infligió a su propia candidata. «Su experiencia ha sido muy valiosa y tiene mucho para aportar», destacó el domingo ante sus seguidores.
De cara a una segunda vuelta, «si Milei logra articular una alianza con Mauricio Macri, puede ser un adversario amenazante para Massa», advierte el politólogo.
«Seguramente el expresidente va a ser consciente de su importancia en una coalición que queda herida de muerte, pues está en sus manos hacerla renacer», señala.
NUEVO CONGRESO Y TERRITORIO
En estas elecciones generales, Unión por la Patria logró recuperar ocho provincias que en las primarias se habían decantado por los dos frentes opositores liderados por Milei y Bullrich, y se impuso así en 13 de los 24 distritos del país.
En la provincia de Buenos Aires (este), donde vive el 37 por ciento del padrón, tuvo un espectacular desempeño el actual gobernador, Axel Kicillof, que revalidó su cargo y puede convertirse en uno de los rostros fuertes del peronismo en los próximos años.
«No creo que Kicillof vaya va a confrontar con Massa. Tal vez tenga un perfil diferenciado y tal vez haya una desconfianza entre los dos, pero no los veo en una confrontación abierta, más bien en una mirada de reojo mutua», pondera el analista argentino al reconocer en Kicillof su habilidad para adaptarse a las circunstancias y abrirse camino sin confrontar.
La Libertad Avanza, en tanto, fortalece su presencia en el Congreso al pasar de cuatro escaños a 40 en la Cámara de Diputados, y al lograr ocho bancas nuevas en el Senado, donde no tenía representantes.
«El mapa político del futuro queda más heterogéneo de lo que estamos acostumbrados, con un Congreso que será de negociación», afirma Burdman.
El Parlamento casi nunca fue fue un problema grave para ningún gobierno, por más que hubiera proyectos que se rechazaran, aduce.
«Pero todos los gobiernos de los últimos 40 años han podido negociar apoyos para sus iniciativas», observa.
Massa, que en su discurso tras las elecciones no hizo ningún guiño al peronismo y aseguró que la grieta que polarizaba entre kirchnerismo y antikirchnerismo se había acabado, puede reflotar el viejo proyecto que hace diez años lo enfrentó con la actual vicepresidenta y exmandataria (2007-2015), Cristina Fernández de Kirchner.
«Habrá cristinistas adentro de su espacio, con un Kicillof que seguirá siendo leal a la vicepresidenta, pero este Massa fortalecido va a tratar de controlar cada vez más el poder de esta fuerza que se va a convertir en una secundaria», asume Burdman.
El próximo presidente argentino asumirá el 10 de diciembre, día en que el país celebra 40 años ininterrumpidos de democracia, tras la última dictadura (1976-1983). Una vez más, la nación puede dar muestras de su capacidad de asombrar.