«Es una guerra que tiene consecuencias para todo el mundo», dijo Scholz tras las conversaciones bilaterales con Fernández.
Los precios de la energía y de los alimentos están subiendo y es de temer que países como Ucrania, que desempeñan un importante papel en la seguridad alimentaria mundial, no puedan seguir suministrando alimentos, subrayó el canciller. «Y eso conllevará el riesgo de que haya hambre».
«También América Latina está sufriendo las consecuencias de la guerra», dijo por su parte Fernández. «Las sanciones contra Rusia tienen consecuencias no solo en Rusia, sino en todo el mundo».
Ya en la actualidad hay regiones en Centroamérica que se han convertido en desiertos como consecuencia del cambio climático, donde ya no se puede cultivar, y la guerra ha hecho subir los precios de los alimentos y la energía, añadió Fernández.
«Esto ya no es un problema entre la OTAN y Rusia o entre Ucrania y Rusia. Esto es un problema para el mundo», subrayó, por lo que es necesario detener la guerra.
En este contexto, el presidente argentino también propuso a su país como proveedor alternativo ante la creciente incertidumbre en el suministro de alimentos y energía. «Tenemos mucho que ofrecer», dijo.
Añadió que su país posee el segundo mayor yacimiento de gas no convencional, que puede distribuirse en todo el mundo en forma de gas licuado.
Fernández también dijo que Argentina está impulsando una serie de proyectos para producir hidrógeno verde y azul. «Todas estas son oportunidades para suministrar energía a otras partes del mundo», señaló.
Alemania fue después de España la segunda parada de la gira europea de Fernández. A continuación viajará a París para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron.