Combustibles

Bolivia se queda con solo tres días de combustible por la falta de dólares y el bloqueo político

El Gobierno reconoce que la crisis se agrava ante la falta de divisas y la paralización de créditos externos en la Asamblea Legislativa.

Barriles de Petróleo

Barriles de Petróleo

Bolivia enfrenta una de las peores crisis energéticas de los últimos años, con una autonomía de abastecimiento de gasolina de apenas tres días y sin reservas de diésel, según reconoció el ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo. La situación, causada por la falta de dólares para importar carburantes, se ha agudizado debido al bloqueo legislativo que impide aprobar créditos internacionales.

El ministro explicó que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) “trabaja al límite”, garantizando únicamente el suministro inmediato gracias a un cargamento recibido esta semana. Sin embargo, la cobertura es insuficiente ante la creciente demanda y el desabastecimiento visible en las principales ciudades del país.

Las largas filas de vehículos para conseguir combustible evidencian la fragilidad del sistema energético boliviano

El bloqueo legislativo agrava la falta de divisas

Gallardo atribuyó la crisis a la falta de dólares derivada del bloqueo de créditos externos en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), donde la oposición mantiene paralizados varios proyectos financieros desde hace meses. Sin acceso a esos recursos, el Banco Central y YPFB no pueden pagar las importaciones de carburantes, lo que ha reducido la autonomía del país a mínimos históricos.

El Gobierno calcula que más de 1.600 millones de dólares en créditos internacionales permanecen detenidos en el Parlamento. La falta de liquidez afecta también a otros sectores estratégicos, como la industria y el transporte, que dependen del suministro continuo de combustible.

El diésel escasea en todo el país y los transportistas denuncian pérdidas por la paralización de rutas

Una crisis con implicaciones políticas y económicas

La tensión coincide con el clima electoral previo al balotaje del 19 de octubre, en el que se enfrentarán Jorge “Tuto” Quiroga y Rodrigo Paz. Ambos candidatos han incluido la crisis energética entre sus prioridades, aunque con propuestas opuestas: Quiroga apuesta por liberar el mercado de importación y Paz defiende mantener el control estatal bajo una revisión de los subsidios.

Desde 2023, Bolivia arrastra una crisis de divisas originada por la caída de las exportaciones de gas natural a Argentina. La reducción de ingresos en dólares ha limitado la capacidad del país para financiar la importación de combustibles y ha presionado al alza los precios de los alimentos y otros bienes básicos.

El modelo de subsidios energéticos se ha vuelto insostenible y amplía el déficit fiscal

Medidas urgentes y perspectivas

El presidente Luis Arce ha anunciado que su Gobierno trabaja en un plan de emergencia para garantizar el abastecimiento del 80% de la demanda interna en las próximas semanas. Entre las medidas figuran la liberación parcial de créditos externos, la importación extraordinaria de carburantes y una eventual flexibilización para que el sector privado pueda participar en la compra de combustibles.

El Ejecutivo asegura que la situación “es transitoria”, pero expertos del sector advierten que, sin un acuerdo político que desbloquee los fondos y sin una reforma estructural del sistema energético, la crisis podría prolongarse durante meses.

Situación actual del abastecimiento de combustibles en Bolivia (octubre 2025)
Indicador Valor estimado
Autonomía en gasolina 3 días
Autonomía en diésel 0 días
Créditos externos bloqueados 1.600 millones de dólares
Cobertura prevista (plan Arce) 80% de la demanda
Sectores más afectados Transporte, industria, comercio
Regiones con mayor escasez La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Oruro

El desabastecimiento de carburantes se suma a un contexto de fragilidad económica y polarización política. La solución inmediata dependerá de un acuerdo entre el Ejecutivo y la Asamblea, mientras los bolivianos afrontan el riesgo de una parálisis productiva y una inflación sostenida que amenaza con extenderse hasta finales de año.

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