La Universidad Católica Argentina (UCA) alertó este jueves sobre un dato que contrasta con los indicadores oficiales del Gobierno: el 50% de los argentinos percibe que no logra cubrir sus gastos básicos ni sostener sus patrones de consumo, lo que la entidad define como «estrés económico». Se trata del porcentaje más alto desde la crisis provocada por la pandemia.
El estudio fue presentado por el Observatorio de la Deuda Social y destaca que esta situación se agravó en 2024, a pesar de que la pobreza bajó respecto al año anterior, según cifras oficiales. El informe enfatiza que la percepción subjetiva de los hogares sobre su situación económica ofrece una lectura más realista sobre las condiciones de vida que los datos puramente estadísticos.
Aumenta la percepción de pobreza, baja el índice oficial
Según explicó Agustín Salvia, director del Observatorio, “la percepción del ‘no me alcanza’ expresa una visión más realista de la pobreza, aunque sea subjetiva”. El informe midió tres aspectos clave: la capacidad de afrontar gastos mensuales, el mantenimiento del consumo y el ahorro.
Mientras tanto, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la pobreza se redujo al 38,1% en el segundo semestre de 2024, frente al 41,7% del mismo periodo del año anterior. Esta mejora se da tras un pico histórico del 52,9% registrado en el primer semestre, coincidente con los primeros meses del Gobierno de Javier Milei, marcados por un ajuste económico de shock y una inflación descontrolada.
El contraste entre los datos oficiales y la percepción ciudadana revela una fractura entre los indicadores económicos y la experiencia cotidiana de los hogares
Milei destaca la baja de la pobreza e indigencia
El mismo día que se difundió el informe de la UCA, el Gobierno publicó su estimación para el primer trimestre de 2025: una pobreza del 31,7% y una indigencia del 7,3%, según el Ministerio de Capital Humano. Estas cifras fueron compartidas por Javier Milei en sus redes sociales, quien celebró los resultados y apuntó contra sus críticos.
Capital Humano atribuyó la baja de la indigencia a la desaceleración de la inflación y a la focalización de transferencias sociales hacia los sectores más vulnerables, medidas que considera clave para contener la crisis sin afectar las metas fiscales del Ejecutivo.
El Gobierno defiende su estrategia económica como la responsable de la mejora en los indicadores de pobreza e indigencia
Del pico histórico al alivio gradual
La pobreza alcanzó su punto más crítico en octubre de 2002, con un 57,5% tras el colapso económico de 2001. En la primera mitad de 2024, la tasa se disparó al 52,9% debido a la inflación y el impacto de la liberalización de precios.
Desde entonces, la reducción registrada se vincula con la progresiva desaceleración de la inflación, que permitió cierta recomposición de ingresos reales en la segunda mitad del año. No obstante, los datos de la UCA muestran que el alivio macroeconómico no se traduce en una mejora inmediata en la calidad de vida de gran parte de la población.