«La situación sigue complicada, el viernes recién se aprobó el reglamento para la libre importación y venta de combustibles, cuando estamos a menos de 30 días para la siembra de verano. La seguridad alimentaria está en riesgo, porque falta diésel, porque faltan divisas desde hace dos años», explicó Antelo en contacto con la prensa.
El representante de los empresarios privados lamentó que «recién se toman algunas medidas al borde del colapso de la economía».
Bolivia registra desde hace más de un mes una escasez de diésel, que es indispensable para el sector agrícola y agropecuaria.
«Se requieren al menos 100 millones de litros de diésel para la siembra de verano, si no hay, no vamos a tener alimentación para el ganado vacuno, pollo y cerdo, y la canasta familiar puede subir por la escasez de estos productos. No habrá productos para el mercado interno ni para la exportación», advirtió.
Otros sectores como el transporte pesado también demandan la urgente provisión de combustibles para trabajar con normalidad, debido a que actualmente deben realizar filas por semanas para obtener diésel.
Bolivia importa la mayor parte de los combustibles líquidos que consume, debido a que produce sólo una mínima parte.