Según este organismo, vinculado al Ministerio de Salud, nueve de las 27 unidades federativas del país «están en la zona de alerta crítica, con indicadores iguales o superiores al 80 por ciento».
Se trata de los siguientes estados: en el centro oeste; el Distrito Federal (99 por ciento), Goiás (80 por ciento), Mato Grosso (81 por ciento) y Mato Grosso do Sul (92 por ciento); en el noreste Tocantins (81 por ciento), Piauí (87 por ciento), Río Grande do Norte (89 por ciento) y Pernambuco (88 por ciento), y en el sureste Espírito Santo (87 por ciento).
Los investigadores lo atribuyen a la «elevadísima transmisibilidad» de la variante ómicron y a los desplazamientos por las vacaciones de verano, especialmente en los destinos turísticos de las playas de la región noreste.
Alertan de la necesidad de avanzar en la vacunación, especialmente en los niños de entre cinco y 11 años, y en exigir el «pasaporte de las vacunas» como política de estímulo a la vacunación.
Brasil vive en estos momentos el pico de la ola provocada por la variante ómicron; los casos empiezan a descender en las principales capitales, pero las muertes continúan subiendo como consecuencia de los contagios de semanas anteriores.
El Ministerio de Salud informó el 9 de febrero de 1.264 fallecidos por covid-19, el peor dato para un día desde finales de julio de 2021.
La cifra total de muertos ya supera los 635.000, y la de casos confirmados se acerca a los 27 millones, después de que ayer se confirmaran casi 180.000 nuevos contagios.