«El bitcoin no debería ser adoptado como moneda de curso legal», ha sentenciado un equipo técnico del Fondo tras la conclusión del Artículo IV en el país centroamericano.
El pasado mes de septiembre, El Salvador se convirtió en la primera economía del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, una medida que el organismo con sede en Washington avisó de que supondría «riesgos significativos» para la economía salvadoreña, además de ser necesarias medidas regulatorias efectivas.
Lejos de cambiar su postura, el FMI ha reafirmado con rotundidad su tesis inicial, incidiendo en las posibles contingencias fiscales, financieras y sobre el consumidor que puede acarrear la adopción del bitcoin.
En este sentido, la misión encargada de analizar la economía de El Salvador recomienda limitar el alcance de la ley bitcoin «y urge a fortalecer la regulación y supervisión del nuevo ecosistema de pagos».
«Reconocemos las iniciativas para promover la inclusión financiera, y el crecimiento económico, pero los riesgos que emanan de la adopción del bitcoin como moneda de curso legal, del nuevo ecosistema de pagos y la compraventa de bitcoin deben ser controlados», ha sentenciado el FMI.
Es decir, el Fondo reconoce los riesgos del uso de la criptomoneda por su alta volatilidad, pero valora el potencial de la puesta en marcha de un monedero digital público para realizar operaciones con la criptodivisa –Chivo Wallet–.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció simultáneamente a la implantación del bitcoin como moneda legal el desarrollo de una cartera digital creada por el Gobierno llamada ‘Chivo’, sinónimo de ‘cool’ en el país centroamericano.
Para incentivar que la población se descargar en sus móviles esta plataforma, Bukele anunció que cada usuario que se descargara la aplicación recibiría un subsidio de 30 dólares (26 euros aproximadamente) en bitcoin.
«Las criptotecnologías, así como los medios de pago digital como Chivo, tienen el potencial para hacer pagos de una forma más eficiente y, por lo tanto, promover la inclusión financiera y el crecimiento económico», reconoce el Fondo.
No obstante, el equipo del organismo multilateral ha aconsejado que, al igual que en otras billeteras electrónicas, «se debería obligar a Chivo a asegurar completamente los fondos de los usuarios, en dólares y en bitcoin, a través de la separación y protección de los activos de reserva».
En concreto, el FMI considera que se debería implementar «inmediatamente» una fuerte regulación y supervisión del nuevo sistema de pagos para la protección al consumidor, la prevención del lavado de dinero, prevención del financiamiento del terrorismo, y la gestión de riesgos».
En este contexto, la regulación bancaria debería incorporar «salvaguardas prudenciales», con el objetivo de respaldar de forma plena cualquier exposición al bitcoin. Asimismo, el Fondo recomienda evaluar con prontitud medidas para limitar los pasivos contingentes fiscales, como eliminar el fideicomiso o retirar los subsidios presupuestarios a Chivo.
Por otra parte, el organismo no ha discutido con las autoridades salvadoreñas los planes del Gobierno de emitir bonos soberanos para comprar bitcoin y financiar planes de infraestructuras, ya que estos se anunciaron el pasado 20 de noviembre y la misión del Fondo ya había concluido.
No obstante, el FMI ha puntualizado que estos anuncios «requerirán un análisis muy cuidadoso de las implicaciones y los riesgos potenciales para la estabilidad financiera».