El jefe de ACNUR, Filippo Grandi, ha reconocido estar «impactado» por las escenas que se están viviendo en la localidad de Del Rio, donde han recalado miles de personas que han emprendido «arduos viajes» desde distintos países del hemisferio occidental.
El hostigamiento por parte de agentes fronterizos a los migrantes que intentan cruzar desde México ha hecho que tanto la ONU como diversas ONG cuestionen las políticas que se estarían aplicando en este caso y el propio Grandi ha apuntado que, al margen de cualquier otra consideración, es necesario respetar los Derechos Humanos y el Derecho Internacional.
«Las expulsiones sumarias o masivas de individuos (…) sin examinar sus necesidades de protección no encajan con las normas internacionales», ha advertido el jefe de ACNUR, que ha exhortado al Gobierno de Joe Biden a derogar «inmediatamente» las restricciones fronterizas aplicadas con motivo de la pandemia de COVID-19.
Es el conocido como Título 42, una doctrina que Médicos Sin Fronteras también considera «dañina» y que, bajo la excusa de la pandemia, es «una forma de restringir el derecho de asilo». «Desde que se emitió la orden pública en marzo de 2020, Estados Unidos ha llevado a cabo más de un millón de expulsiones», ha lamentado la responsable de MSF en el país norteamericano, Avril Benoît.
Benoît también ha reclamado en un comunicado la suspensión «por motivos humanitarios» de los vuelos de expulsión a Haití, un país que vive inmerso en una crisis política y social, con una grave situación de inseguridad en el caso de la capital haitiana, Puerto Príncipe.
«Es inconcebible devolver a los migrantes contra su voluntad a una situación de incertidumbre y peligro de muerte», ha señalado. «Cuando la gente busca seguridad en Estados Unidos, se les pone en aviones y se les obliga a vivir en este contexto es más que inhumano», ha criticado.