En un informe publicado este miércoles, que recoge datos del peor momento de la pandemia durante el segundo semestre de 2020, indican que la pérdida de empleo entre las trabajadoras domésticas rondaba el 50 por ciento, y de los 10 países con más pérdidas, siete eran de la región latinoamericana, que a pesar de liderar la ratificación del Convenio 189 de la organización, enfrenta un «desafío» en el cumplimiento de las leyes.
El Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, 2011, el número 189 de la OIT, cumple una década, en medio de una mayor pérdida de empleo en el trabajo doméstico a pesar de los «avances innegables», ha señalado el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.
Pinheiro ha hecho alusión a la «enorme» tasa de informalidad, el 71,3 por ciento, en el trabajo doméstico, una situación que se ha visto empeorada por la pandemia, que ha dejado un contexto «desolador» para los trabajadores domésticos.
Por esto, ha señalado que «la región deberá tomar medidas extraordinarias para superar los efectos devastadores de esta crisis en el empleo», aludiendo a que «este es el momento de aplicar más y mejor las leyes sobre el trabajo doméstico poniendo especial énfasis en «superar la informalidad y extender la protección social», ya que es el único camino para avanzar hacia el trabajo decente», ha precisado Pinheiro.
Entre las cuestiones que el informe señala que deben mejorar los países es poner atención en el cumplimiento de las medidas existentes y en abordar temas que son relevantes como la jornada laboral, tiempo de descanso, respeto de los niveles salariales, entre otros.
En el marco de la crisis sanitaria, se ha demostrado la importancia de la protección social, y solo el 9,8 por ciento de las trabajadoras domésticas de la región «estaban cubiertas legalmente por todas las ramas de la seguridad social».
«Al enfermar y no contar con cobertura de protección social, a muchas le fue denegado el derecho de acceder a las prestaciones de seguridad social y a los cuidados justamente cuando estos eran más necesarios», ha criticado Pinheiro, algo que ha calificado como «lamentable».
El informe también insiste en la importancia de adoptar medidas para conseguir la formalización, también incluye recomendaciones sobre la ampliación de las medidas de seguridad y salud en el trabajo y facilitar la existencia de organizaciones de trabajadoras domésticas y de organizaciones de empleadores de trabajadoras domésticas, eliminando los obstáculos a la libertad sindical y de asociación.