La visión no debe ser solo política: debe incluir los factores que la permiten
No se me adelanten. Ya dijimos que son ocho (o más) “esferas”. Agreguen lo económico, lo institucional, lo conceptual, lo social (con énfasis en el bienestar), lo territorial, lo externo y la historia; sobre todo, la política.
El “Pacto” no puede ser cualquiera. No solo político. ¡Que quede claro!
A los acuerdos políticos se les debe remitir al control social: una posibilidad sencilla es someterlos al control de nuestro “Ménage à Quatre”: un modelo de gobernanza basado en políticos, ciudadanos, académicos y empresarios.
Y la estrategia no debe ser solo “letra”: debe definir sus instancias
Un plan de largo plazo y varios de mediano y corto, supeditados al primero. Y las definiciones de viabilización, ejecución, coordinación, evaluación y control. Un exigente sistema de administración neofayoliano.
Las definiciones y las realizaciones obedecen a lógicas inversas
Se define iniciando por lo que se quiere y se realiza abandonando lo que no: después del ciclo de “olas democráticas” que nos trajeron a “estos lodos” despóticos, autocráticos y otros, no basta proclamar y confiar.
Se define primero lo que se quiere y después cómo se logra
Para lo primero, una ineludible “disposición” prospectiva y estratégica. Para lo segundo, vocación y capacidades de ejecución. Cada una requiere capacidades especiales. ¿Las tiene nuestra casta política actual?
El tiempo, a nuestros efectos, actúa en dos direcciones
Se planifica del futuro al presente; pero, para logros progresivos. Y vale precisar que no vale la síntesis del futuro deseado, sino que tiene que ser armónicamente definido en términos analíticos. Es, sea dicho, un sistema muy complejo.
Es que nadie ha dicho que el asunto sea simple
El nuevo know-how (noten la diferencia respecto a lo conocido) puede ser la prefiguración de un modo exitoso de vencer los retos de la democracia, el bienestar, las entidades necesarias y el concepto apropiado. Del buen futuro, pues.