El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha asegurado este lunes no haber cometido ningún error durante su gestión de la pandemia, y, pese a que el coronavirus ha dejado en el país más de 191.500 fallecidos, ha vuelto a poner en duda «todo ese pavor» en torno a la enfermedad.
«Con menos de 40, casi nadie lo contrae. O si se contrae, es asintomático. ¿Para qué todo este pavor? La vida tiene que continuar. No cometí ningún error», ha manifestado Bolsonaro tras participar unos minutos en un partido de fútbol benéfico, en el que tuvo tiempo de meter un gol mientras caía de bruces al suelo.
Las declaraciones de Bolsonaro se han dado mientras el Ministerio de Salud de Brasil confirmaba este lunes 20.548 contagios y 431 fallecidos más, lo que coloca al país como el tercer con mayor número de casos acumulados –7.504.833– y tercero en cuanto a muertes se refiere –191.570–.
Entre los últimos positivos diagnosticados está el del vicepresidente, Hamilton Mourao, quien se convirtió este domingo en el decimoquinto alto cargo del Gobierno de Bolsonaro en contraer la enfermedad y para quien el presidente brasileño ha recomendado ya tomar cloroquina, un fármaco contra la malaria cuya efectividad contra el coronavirus no ha sido demostrada.
Eso no ha sido óbice para que Bolsonaro haya insistido en su utilización, aunque eso haya supuesto, entre otros motivos, la salida de sus dos anteriores ministros de Salud, Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich, en contraste con la vacuna, de la que ha recelado desde un principio.
Bolsonaro, criticado en las últimas semanas ante la falta todavía de un calendario de vacunación, ha justificado la tardanza explicando que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) no ha recibido todavía ninguna solicitud de registro o de uso de emergencia por parte de las farmacéuticas.
«Brasil tiene 210 millones de habitantes, entonces es un enorme mercado de consumidores para cualquier cosa. ¿Los laboratorios no deberían estar interesados en vendernos? ¿Por qué no presentan la documentación en Anvisa?», se ha preguntado Bolsonaro.
«La gente dice que yo tengo que ir detrás. No, si yo soy el vendedor, soy yo quien se presenta», le ha dicho Bolsonaro a sus simpatizantes a las puertas del Palacio de la Alvorada antes de poner rumbo a Santos, donde iba a tener lugar un partido benéfico de fútbol.