Las autoridades de Chile han elevado este martes por encima de los 250.000 contagios el balance provisional de afectados por la pandemia de COVID-19, a la que se le atribuyen ya más de 4.500 fallecidos en el país sudamericano, si bien el propio Gobierno admite que las cifras serían mayores una vez se hayan incorporado los datos que aún están pendientes del fin de semana.
El Ministerio de Salud ha informado de 3.804 positivos y tres decesos en las últimas 24 horas, lo que eleva el balance total a 250.767 contagiados y 4.505 víctimas mortales. El Gobierno ha reconocido que los lunes y los martes los datos de fallecidos suelen ser inferiores por el cierre del Registro Civil el sábado y el domingo.
El ministro de Salud, Enrique París, ha destacado sin embargo que se detecta una «leve mejoría» en las cifras, aunque ha llamado a no bajar la guardia porque en zonas como Taparacá, Antofagasta y O’Higgins la tendencia es al alza. «Esto no debe llevarnos a bajar los brazos», ha declarado ante los medios, según ‘El Mercurio’.
París ha advertido también de que, a nivel mundial, se está acelerando también la expansión del virus, que «está atacando a todo el mundo en forma muy agresiva». En este sentido, ha puesto como ejemplo los focos detectados en China, Corea del Sur, Portugal y Uruguay.
«Queremos evitar el aumento de los casos y el aumento de los fallecidos y sé que es una tarea muy difícil, pero para eso necesitamos de toda la colaboración y toda la población», ha exhortado el ministro. En Chile se estima que sigue habiendo casi 35.700 casos activos de COVID-19.