El expresidente de Brasil Lula da Silva ha comunicado este martes a la Justicia Federal de Brasilia que viajará la próxima semana a El Vaticano para reunirse con el Papa Francisco y ha pedido que, por lo tanto, se suspenda de momento su interrogatorio en el marco de la ‘Operación Zelotes’, en la cual se le acusa de «corrupción pasiva». Los abogados del líder del Partido de los Trabajadores han puntualizado que, tal y como ha venido sucediendo, Lula «no dejará de comparecer ante ningún acto judicial para el cual su presencia sea obligatoria».
El interrogatorio está fijado para el 11 de febrero, dos días antes de que el Papa Francisco reciba a Lula, quien deberá tomar un avión el 12 y regresar tres días después.
En esta ocasión, Lula deberá responder ante la Justicia por haber cometido supuestamente un crimen de corrupción pasiva, cuando en 2009 promulgó la prórroga de los incentivos fiscales de los fabricantes de coches y cadenas de montaje del norte, noroeste y centro del país, que aprobó previamente el Senado.
La audiencia otorgada por el Papa se produce después del viaje a El Vaticano del presidente de Argentina, Alberto Fernández, quien le trasladó al Sumo Pontífice el interés del antiguo presidente de Brasil por reunirse con él.
Se trata de la segunda vez, tal y como ha recordado el diario ‘Estadao’, que Fernández media entre Lula y el Papa. La primera fue en 2018, cuando el expresidente, en aquel entonces en prisión, recibió una carta de Francisco pidiéndole que no se desanimase, puesto que el «bien vencerá al mal y la verdad vencerá a la mentira».