El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha asegurado este miércoles que no concederá más entrevistas, ya que, ha explicado, la Federación Nacional de Periodistas (FENAJ) ha asegurado que al hablar con los medios, promueve los ataques contra los profesionales de la información
«Yo quiero hablar con ustedes, pero la Federación Nacional de Periodistas dice que cuando lo hago, les ataco. Así que, como soy una persona pacífica, no daré más entrevistas», ha dicho Bolsonaro al salir del Palacio de la Alvorada, en donde el presidente brasileño suele hablar con los medios casi a diario entre las muestras de cariño de algunos de sus incondicionales.
El dirigente de extrema derecha ha hecho así referencia al último informe elaborado por la FENAJ en relación a los datos acerca de la violencia que sufren los periodistas y otros profesionales de los medios en Brasil durante el último año.
De acuerdo con este órgano, Bolsonaro habría tenido algún tipo de responsabilidad en el 58 por ciento de los ataques que los trabajadores del sector han sufrido en Brasil durante el año 2019, en especial debido a los reproches y vituperios que el dirigente conservador suele realizar a través de sus redes sociales.
Según la FENAJ, Bolsonaro habría realizado 121 declaraciones desacreditando a los profesionales de los medios, lo que supone el 58,17 por ciento de todos los casos registrados en el país, tal y como ha mostrado el diario ‘O Globo’.
El informe también ha alertado de que el número de asesinatos, agresiones físicas y amenazas a periodistas han aumentado el año pasado un 54 por ciento con respecto a 2018, pasando de los 135 casos registrados de ese año, a los 208 de 2019.
En ese sentido, el texto ha precisado que el 58,8 por ciento de los ataques representan los intentos por desacreditar la labor de los medios y trabajadores; las amenazas, un 13,5; las agresiones verbales alcanzan el 9,5; las físicas, 7,2; mientras que los casos de censura son el 4,8.
LA RELACIÓN DE BOLSONARO CON LOS MEDIOS
Desde que el dirigente conservador asumiera el mando de Brasil en enero de 2019, siempre ha mantenido una difícil relación con los medios de comunicación, a los que ha descrito en varias ocasiones como «sucios», «asquerosos», «inmorales», e incluso llegó a amenazar a periódicos como ‘Folha de Sao Paulo’, de tomar medidas que pudieran poner en riesgo sus finanzas. «Ese diario se acabó», dijo.
El precio a pagar ya fue anunciado por Bolsonaro cuando se hizo con la victoria en las elecciones, al asegurar que todos aquellos medios que habían lanzado «mentiras» contra él dejarían de ingresar beneficios por publicidad estatal, que en 2017 supuso 470 millones de euros.
Ya en 2020, y en menos de un mes, Bolsonaro ha vuelto a atacar a la prensa en varias ocasiones. La primera de ellas, al asegurar que leer periódicos «envenena», por lo que su Gobierno no renovará los acuerdos con los medios de comunicación para que la sede de la Presidencia reciba los diarios cada mañana.
«Todo ha sido cancelado. No recibo periódicos o revistas. Quien los quiera que vaya a comprarlos», dijo Bolsonaro tras acusar a los periodistas de ser complacientes con otros gobiernos a cambio de publicidad estatal para sus medios.
Días después, el líder de extrema derecha, al ser preguntado por las supuestas corruptelas que habría cometido uno de los miembros del equipo de Gobierno de su hijo, Flavio Bolsonaro, en Río de Janeiro, respondió al periodista que tenía «una increíble cara de homosexual» y «no por eso» le acusaría de ello.
Durante esa misma comparecencia a la salida del Palacio de la Alvorada, atacó a otro periodista al cuestionar que fuera hijo de su padre.