El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y el cantante Chico Buarque disputaron este domingo un partido de fútbol en el interior de Sao Paulo, en otro evento parte de la activa agenda del excarcelado líder izquierdista.
Lula, de 74 años, saltó con el 13 en la espalda al campo de la escuela nacional Florestán Fernandes del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), organizador del evento, en el municipio de Guararemo.
Vestido de gris, el equipo «Amigos de Chico y Lula» se enfrentó al «Amigos del MST», el movimiento social centrado en la lucha por la tierra y que está en el punto de mira del presidente ultraderechista Jair Bolsanaro.
Lula dejó su celda en la sede de la Policía Federal en Curitiba (sur) el 8 de noviembre, donde cumplía una condena de ocho años y 10 meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
El expresidente, que enfrenta otros seis procesos en la justicia y se declara inocente en todos, fue liberado tras una decisión de la corte suprema que impide la ejecución de sentencias antes del agotamiento de todos los recursos judiciales.
Antes del pitido inicial, el compositor y cantante Chico Buarque, un activo defensor del exmandatario, bromeó pidiendo a la zaga del MST «dejar a Lula Libre».
Lula marcó el primer tanto de su equipo de tiro penal, igualando el marcador 1-1 en los primeros 10 minutos de juego.
Dejó el campo en el minuto 16 y vio el resto del partido desde el lateral, protegiéndose del sol con un sombrero beige. Su equipo ganó 2-1, con gol de Chico Buarque.
El exalcalde de Sao Paulo y excandidato presidencial Fernando Haddad y el excanciller Celso Amorim formaban parte de la oncena del líder del Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó Brasil entre 2003 y 2016.
Joao Pedro Stédile, dirigente nacional del MST, lideró el equipo de «Amigos del MST», que incluyó mujeres en su formación.
«Vine para prestigiar a Chico y a Lula, ahora en libertad», dijo Vania de Oliveira, de 39 años, sentada en una de las dos gradas instaladas alrededor del campo de grama natural de esta ciudad a 80 km de la capital paulista.
Pancartas con el rostro del líder de izquierda y el eslogan «Lula Libre» dominaban el campo.
El exmandatario dedicó los últimos minutos del encuentro a recorrer las gradas repartiendo abrazos, besos, autógrafos y fotos a sus seguidores.