La apertura comercial impulsó el crecimiento en América Latina entre 1990 y 2010 pero el apoyo de la población es «frágil» y podría verse afectado por información negativa, reveló este lunes el BID.
La reducción arancelaria promedio del 56% que se registró en la región entre 1990 y 2010 aceleró el crecimiento del PIB anual per cápita promedio en 0,6%, indicó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el informe «De promesas a resultados en el comercio exterior».
«La liberalización comercial no resultó ser la fórmula milagrosa para fomentar el crecimiento de la región como fue el caso de algunas economías asiáticas de alto desempeño», dijo Eric Parrado, economista jefe del BID.
El reporte destacó que pese a que los resultados son positivos, «la región alberga escepticismo sobre los beneficios de una mayor apertura, en parte porque las expectativas iniciales eran muy elevadas».
«El apoyo al comercio es frágil y podría verse afectado con información que enfatizara las consecuencias negativas del mismo», explicó el BID.
Según los datos del BID, el 73% de los encuestados de la región respalda un aumento del comercio con otros países, pero este apoyo oscila entre un 59% en Argentina y Perú a más del 85% en Venezuela, Honduras, Uruguay y Nicaragua.
Según el reporte, casi seis de cada diez latinoamericanos ven al comercio como sinónimo de más empleo, pero si a los encuestados se les da información sobre las potenciales pérdidas laborales en sectores vulnerables, ese apoyo se reduce del 73 al 46%.
En el caso del apoyo a los tratados de libre comercio, Chile es el país en el que hay más respaldo de la población, seguido por Uruguay y Guyana. En el otro extremo, los países en los que hay menos son Argentina y Paraguay, seguidos de Perú.