El Departamento del Tesoro ha emitido este martes una licencia a Chevron, la única gran petrolera norteamericana que sigue operando en el país sudamericano, para llevar a cabo un posible reinicio de la producción, que había cesado bajo las sanciones de Estados Unidos, según ha adelantado el periódico ‘The Washington Post‘.
Esta licencia podría suponer el inicio de una serie de medidas que se dirijan hacia el alivio de las sanciones petroleras, dependiendo de la cooperación del Gobierno venezolano, según altos funcionarios estadounidenses, tal y como recoge el citado medio.
Si el Gobierno del presidente Nicolás Maduro regresa a las negociaciones con la oposición, destinadas a garantizar elecciones libres y justas en 2024, Estados Unidos podría permitir que Chevron comience a enviar equipos a Venezuela.
«El mundo sabe que Venezuela ha dado sus primeros pasos en el camino para la recuperación económica con esfuerzo propio, denunciando y superando las sanciones ilegítimas y el bloqueo inhumano. Nuestro pueblo se siente orgulloso del trabajo y los logros de los últimos tiempos», ha reaccionado la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en su perfil oficial de Twitter.
Ante la posible decisión por parte de Washington, ha señalado que el Gobierno de Venezuela ya ha «verificado y confirmado» este paso, por lo que ahora Caracas espera que se inicie el camino «para el levantamiento absoluto» de las sanciones, que ha calificado de «ilícitas».
«El Gobierno bolivariano de Venezuela, apegado a sus profundos valores democráticos, seguirá promoviendo de manera incansable el diálogo fecundo en formato nacional e internacional», ha agregado Rodríguez en sus redes sociales.
El presidente de Colombia, Iván Duque, ha celebrado también este posible paso, asegurando que es un «triunfo de la presión diplomática». «Le toca reconocer los ultrajes que se le cometieron en el pasado a empresas petroleras de ese país», ha destacado, según ha recogido Caracol Radio.
Estos movimientos se producen tras el levantamiento de las sanciones a Cuba, impuestas en la etapa del expresidente estadounidense Donald Trump, y en el marco de la invasión rusa a Ucrania, lo que ha provocado un acercamiento inédito en estos últimos tres años entre la Administración Biden y el Gobierno venezolano.
Washington impuso en 2019 sanciones sobre el petróleo venezolano, como represalia por las elecciones presidenciales de 2018. Venezuela produce actualmente unos 800.000 barriles de crudo al día, lejos de los tres millones que mantuvo durante años.
El bloqueo de la industria energética del país sudamericano ha derivado en una dependencia mayor de Moscú, por lo que ahora Washington se plantea fórmulas para revertir algunos de los castigos impuestos contra Venezuela.
Estados Unidos lleva varios meses barajando esta opción. El pasado mes de marzo, el consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, subrayó en declaraciones a la cadena NBC que «cualquier alivio» de las sanciones irá aparejado a los «pasos concretos» que tomen tanto Maduro como «las personas que lo rodean».