El Gobierno de El Salvador ha decretado este sábado la cuarentena obligatoria en los hogares de todas las personas del país para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
«Desde esta noche hemos decidido implementar una cuarentena domiciliar durante 30 días para el país», ha asegurado el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, según recoge la Presidencia de El Salvador a través de su cuenta de Twitter.
Entre las nuevas medidas que ha aprobado el Gobierno, se establece que podrá salir a la calle una persona por familia para comprar productos de primera necesidad, trabajadores de medios de comunicación, personal de aduanas, de empresas de telefonía, bancos o farmacias, personas que cuiden a mayores o niños, diputados y personal diplomático, entre otros.
«Las personas que no acaten estas medidas va a ser detenidas y llevadas a un centro de contención, además de que se le retirarán otros beneficios», ha añadido Bukele, que ha precisado que estas medidas se ponen en marcha de manera «rápida» para evitar una propagación del Covid-19 similar a otros países.
«Si esperamos un día, o más, nos pasará igual a lo que está pasando en Italia, España o Estados Unidos, por eso debemos actuar ya», ha asegurado.
Como medidas previas, el mandatario salvadoreño había ordenado el cierre durante 15 días del aeropuerto internacional y los restaurantes habían cerrado sus puertas, salvo para prestar servicio a domicilio.
Bukele ha informado de que se ha iniciado la construcción del hospital «más grande de Latinoamérica» para tratar el coronavirus. «Tendrá la misma capacidad que los dos hospitales que se construyeron en Wuhan, China», ha sostenido.
También, ha confirmado que se han realizado 102 pruebas de coronavirus en el país, que han dado negativo, por lo que se mantienen en tres los casos de contagios en El Salvador.
El presidente salvadoreño aprobó una serie de medidas para mitigar el impacto económico de la pandemia del coronavirus en el país sobre los afectados por la misma, entre las que se encuentran la suspensión del pago de la electricidad y el agua o la congelación del cobro de créditos e hipotecas.
