El Ministerio de Salud de Brasil ha tenido que salir este jueves a aclarar que pese a haber puesto a disposición de los servicios médicos la cloroquina, su protocolo no obliga ni a los médicos a suministrar dicho fármaco ni a los pacientes a tomarlo si no lo consideran oportuno, después de que su uso fuera cuestionado formalmente por el Tribunal Supremo.
La aclaración solicitada por el Supremo, a través de uno sus titulares, el magistrado Celso de Mello, se ha producido tras una iniciativa lanzada por la Conferencia Nacional de Trabajadores de la Salud (CNTS), crítica con las pautas publicadas en un protocolo lanzado por el Ministerio de Salud acerca del uso de este fármaco contra la malaria sin base científica para el tratamiento de la COVID-19.
Las autoridades del Ministerio de Salud han respondido a De Mello asegurando que dichas pautas son un protocolo que «pretende recopilar información técnica» para «guiar» un uso «más seguro» de aquellos pacientes que optan por suministrarse el medicamento, «pero sin vincular» a ninguna de las partes implicadas en el proceso, como demuestra, asegura, «la falta de imperatividad» de esta guía.
El uso de la cloroquina para tratar la COVID-19 se ha convertido en una cuestión de Estado en Brasil, después de que el presidente, Jair Bolsonaro, se haya mostrado tan a favor de su uso –él mismo la está tomando tras dar positivo– que sus anteriores ministros de Salud, Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich, optaron por dejar el cargo debido a las grandes diferencias acerca de la conveniencia de administrar el fármaco a los enfermos por la pandemia.
Por otro lado, un día más, Brasil ha vuelto a registrar más de mil muertes diarias a causa del nuevo coronavirus. En esta ocasión han sido 1.220 personas las que han fallecido y ya son 69.184 en total.
El nuevo balance de casos acumulados ha ascendido a 1.755.779, después de los últimos 42.619 registrados. Mientras que la cifra de personas que ha logrado superar la enfermedad es de 1.054.043.
Por su parte, la alianza de medios surgida para contrarrestar la falta de información del Gobierno y el maquillaje de las cifras ha contabilizado un total de 1.759.103 de casos acumulados y 69.254 muertes, tras consultar los datos de las secretarías estatales de salud.