El sector energético brasileño ha acogido con los brazos abiertos el nuevo plan de estímulo económico presentado esta semana por Lula da Silva. Los subsidios que se mantendrán y los nuevos que se otorguen a la industria ayudarán a disminuir el negativo impacto que en las cuentas de Electrobras han tenido siempre sus operaciones en el norte del país. Las plantas de estas regiones no están conectadas a la red nacional, por lo que suministrar energía era, hasta ahora, mucho más caro para la compañía presidida por José Antonio Muñiz. El sector energético brasileño ha acogido con los brazos abiertos el nuevo plan de estímulo económico presentado esta semana por Lula da Silva. Los subsidios que se mantendrán y los nuevos que se otorguen a la industria ayudarán a disminuir el negativo impacto que en las cuentas de Electrobras han tenido siempre sus operaciones en el norte del país. Las plantas de estas regiones no están conectadas a la red nacional, por lo que suministrar energía era, hasta ahora, mucho más caro para la compañía presidida por José Antonio Muñiz.
La extensión de las ayudas públicas al sector ha hecho que las acciones de la compañía se disparen un 17% en las últimas cinco sesiones. Con esta revalorización, la cotización de la compañía acumula una subida del 45,08% en el Bovespa en lo que va de año. Sus títulos suman cerca de un 100% de rentabilidad en 2009 en el mercado de ADR’s de Nueva York.
El directo financiero de la compañía, Astrogildo Quental, ya ha asegurado que el nuevo plan de estímulo ayudará a Electrobras a cubrir en al menos un 50% las pérdidas que anualmente le provocan las regiones más alejadas de la red central.
A pesar del respaldo de los inversores, la firma no atraviesa por sus mejores momentos financieros. Se encuentra en pleno proceso de reestructuración de deuda con sus filiales, y sus beneficios sufrieron un desplome del 78% en el tercer trimestre, debido en parte al fuerte descenso que el dólar ha registrado frente al real durante este periodo.
Las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, (EBITDA), cayeron a 3.800 millones de reales desde los 4.400 millones de reales del año anterior. Sin embargo, Quental espera que los subsidios ayuden a la firma a recuperar, al menos, 2.600 millones de reales durante el próximo trimestre.
Todos confían en el plan de Lula para reactivar al sector energético carioca. La mayoría de las medidas anunciadas son exenciones fiscales y reducciones de impuestos como las que este año favorecieron al sector automotor, que va a despedir 2009 con un récord de producción y de ventas, y aún benefician a sectores como el de electrodomésticos y la construcción.
Lula sabe que el sector es una de las industrias estratégicas de la economía del país carioca. Y también sabe que la tan ansiada interconexión latinoamericana será muy complicada de conseguir a menos que se den los pasos acertados. De momento, el presidente brasileño podrá exponer su visión a su homólogo Alan García durante la visita que comienza hoy en Perú.
Al parecer, ya se habría hablado de la posibilidad de que Electrobras instale una central hidroeléctrica de 2.000 megavatios en la selva del país andino por parte de junto con la firma OAS, con una inversión de más de 4.000 millones de dólares que la convertiría en la mayor en un solo proyecto en el país sudamericano.
En Perú operan gigantes compañías brasileñas como la petrolera estatal Petrobras, las constructoras Norberto Odebrecht y Andrade Gutierrez, las mineras Votorantim Metais y Vale y la siderúrgica Gerdau, entre otras.
Aunque las inversiones de firmas brasileñas en Perú son importantes, el intercambio comercial entre los dos países es bajo al sumar el año pasado unos 3.000 millones de dólares. Tal vez, la interconexión eléctrica sirva para generar más capital entre ambos.