La puesta en marcha de las reformas estructurales es el gran reto que debe superar México pues de hacerlo, en dos o tres años, el país podría crecer un 5%. Así lo ha señalado el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens. La puesta en marcha de las reformas estructurales es el gran reto que debe superar México pues de hacerlo, en dos o tres años, el país podría crecer un 5%. Así lo ha señalado el gobernador del Banco de México (Banxico) , Agustín Carstens.
Así lo ha señalado en su participación en el foro sobre el futuro de la economía mexicana, organizado por el Banco Latinoamericano de Comercio Exterior. Para que la economía crezca hasta el 5% será necesario hacer frente a las reformas energéticas, puestas abren dos grandes sectores a la inversión privada: el de hidrocarburos y el de energía eléctrica.
“Espero que en la medida en que se implementen esas reformas, y que la economía se empiece a recuperar, eso les debería dar mucho más confianza a los mexicano”, ha señalado Carstens.
El gobernador ha asegurado también que se trata de una oportunidad que los empresarios mexicanos no deberían dejar pasar. “Estamos entrando en un nuevo desarrollo en el país”.
“Las expectativas van a ir mejorando conforme se vayan viendo resultados de estas reformas, este es el camino más difícil para generar crecimiento, pero es el camino duradero”, ha comentado.
Sobre el escenario internacional, Carstens ha sido algo menos positivo y ha manifestado que el país se enfrentará en “un periodo de volatilidad hacia adelante, porque los bancos centrales van a ir normalizando sus políticas”.
“Desde un punto de vista cíclico la economía de EEUU nos va a ayudar en su recuperación, eso hará que las exportaciones continúen avanzando; el marco macro solido permitirá que las tasas de interés en México se mantengan relativamente bajas y que podamos enfrentar con cierta fortaleza la normalización de las políticas monetarias en países avanzados, eso nos ayudará desde el punto de vista cíclico”, ha señalado.
A pesar de que se espera que la inflación vuelva a situarse en el 4%, él tiene la esperanza de que baje un punto porcentual al inicio de 2015 y, en cuanto al asunto de subir los salarios mínimos, ha querido mostrarse prudente.