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Buenos Aires es la que más pierde, mientras que la colombiana ha cotizado plano

Las bolsas latinoamericanas registran caídas moderadas hasta junio

Los operadores financieros han hecho menos caja de la que pensaban en Latinoamérica, tal y como reflejan las caídas de las principales bolsas en el primer semestre de 2011. Los Estados del continente, ya sobre aviso ante los llamados ‘capitales golondrina’ (que llegan, generan una enorme volatilidad y se marchan) han tratado de blindarse frente al interés de los inversores por un mercado que parece lograr mantenerse al margen de la crisis de deuda que que afecta a Europa desde finales de 2009, y que no parece tener intención de detenerse por el momento. Los operadores financieros han hecho menos caja de la que pensaban en Latinoamérica, tal y como reflejan las caídas de las principales bolsas en el primer semestre de 2011. Los Estados del continente, ya sobre aviso ante los llamados ‘capitales golondrina’ (que llegan, generan una enorme volatilidad y se marchan) han tratado de blindarse frente al interés de los inversores por un mercado que parece lograr mantenerse al margen de la crisis de deuda que que afecta a Europa desde finales de 2009, y que no parece tener intención de detenerse por el momento.

La cifra más negativa la aporta Buenos Aires: una caída, desde el 1 de enero de 2011, del 8,3% en términos de dólar (se utiliza esta divisa global para comparar las cifras con otras bolsas). Pero la tendencia no es nuevo. Hace un año, en junio de 2010, el principal índice argentino ya registró caídas del 3% en los primeros seis meses del año. Y las expectativas que ha elaborado el semanario The Economist sobre la inflación señalan que los precios crecerán un 10,7% este año en relación al año anterior.

El Bovespa brasileño, quizá el país más prometedor de la región, ha sido el segundo de la lista al registrar pérdidas del 7,6%. Tampoco esta cifra supone ninguna novedad si se compara con la caída del 7,8% en los primeros seis meses del año pasado. Las expectativas para Brasil sitúan una subida de precios del 6,7% en 2011.

Los índices bursátiles de Chile (-3,8%), México (-3,8%) y Colombia (-0,5%), aunque con pérdidas más moderadas, no han logrado escapar de esta tendencia.

Crisis y oportunidad. La crisis financiera internacional, que comenzó en EEUU en el año 2007 con las hipotecas subprime y pasó a extenderse al resto de los llamados países ‘desarrollados’ a partir de septiembre de 2008, con la caída del banco Lehman Brothers, fue el punto de partida para la escalada de países como Brasil tras la avalancha de liquidez proveniente de la Reserva Federal de EEUU. A finales de 2009, una crisis internacional en proceso de superación volvió a reactivarse en algún punto del Mediterráneo; fue entonces cuando las autoridades económicas griegas reconocieron desde Atenas que habían estado engañando a la Comisión Europea sobre sus obligaciones y desde entonces el euro se ha visto envuelto en una guerra contra la especulación que todavía no ha terminado.

En este contexto, y aprovechando el tirón económico que mostraba Latinoamérica junto a algunos países de Asia como China (que ha pasado en los últimos meses ha convertirse en la segunda economía del mundo tras superar a Japón), muchos inversores se desplazaron hacia estas regiones, en donde además se incrementó la riqueza. Latinoamérica y Asia se convirtieron en los guardias jurados de Europa y EEUU, y muchos han sido los especuladores que no han osado atacar a compañías que estuviesen expandiéndose en estas regiones, sabedores de que la batalla estaba perdida antes incluso de diseñar cualquier estrategia. Las adquisiciones de compañías latinoamericanas han sido, en los últimos tiempos, fuertemente premiadas.

Con este nuevo rol llegaron también las nuevas exigencias. La última, y quizá la más ambiciosa, es la de querer dirigir del Fondo Monetario Internacional (FMI). Tras la renuncia del hasta ahora director gerente de la institución, Dominique Strauss-Kahn, que fue acusado por una misteriosa camarera del hotel Sofitel de Nueva York de intento de violación, el cargo que hasta entonces ocupaba este socialista francés quedó vacante. Aunque desde la creación del Fondo, en 1945, éste lo ha liderado un europeo, en esta ocasión las potencias latinoamericanas, junto a China, Turquía y Sudáfrica, exigieron protagonismo.

El argumento con el que se oponía a ellos Bruselas era que, en un marco de crisis de deuda europea, nada mejor que un europeo (Christine Lagarde, la ministra de Finanzas gala, es la elegida por el Viejo Continente) para coordinar un FMI implicado en los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal. La respuesta de los ‘emergentes’: nadie mejor que alguien que ya ha pasado por una crisis de deuda para saber cómo resolver otra. La apuesta de éstos es el mexicano Agustín Carstens, aunque no todos los países latinoamericanos le han apoyado.

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