El juez Thomas Griesa ha convocado una nueva audiencia en su despacho de Nueva York para discutir las “últimas declaraciones del Gobierno de Argentina” por las que se ha mostrado molesto. Según él, el Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner tiene que parar. El juez Thomas Griesa ha convocado una nueva audiencia en su despacho de Nueva York para discutir las “últimas declaraciones del Gobierno de Argentina” por las que se ha mostrado molesto. Según él, el Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner tiene que parar.
La semana pasada el magistrado ya había mostrado su desencuentro por la retórica oficial, sobre todo por el mensaje del Gobierno argentino de que había cumplido con sus obligaciones de la deuda, al depositar sus últimos pagos, a finales de junio en las cuentas del Bank of New York (BoNY) en el Banco Central de Buenos Aires.
Sobre estas últimas declaraciones el juez ha manifestado que “tienen que parar”, e incluso ha aconsejado a los abogados que están representando al país para que les den ciertos correctivos a sus representados.
Como no ha ocurrido, cabe la posibilidad de que Argentina sea declarada en desacato. De hecho, el equipo de Cristina Fernández ya ha solicitado a los bancos a que transfieran los fondos de la deuda a los acreedores. Además, la presidenta no ha bajado el tono y ha seguido criticando a Griesa, al que ha llegado a llamar “juez municipal”.
Quizás, y todo apunta a ello, la paciencia de Griesa ha llegado a su límite tras saberse que Argentina ha presentado una demanda contra EEUU ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya con la acusación de haber violado la inmunidad soberana del país a raíz de la sentencia de pago a favor de los ‘fondos buitres’.
A poco más de una semana del ‘default selectivo’, la expectativa que existía antes de llegar a un acuerdo con los demandantes parece haberse evaporado y haber sido sustituida por un duro enfrentamiento entre las partes.
El diálogo con el mediador designado por Griesa, Daniel Pollack, ha terminado después de que Argentina lo desautorizarse y el juez insistiera en respaldarlo, así las cosas, el desacato sobrevuela la cabeza de Cristina Fernández y los suyos.
La audiencia llegará además en el albor de una nueva pelea. La orden de Griesa que congela los 539 millones de dólares depositados en la cuenta del BoNY en el Banco Central generó un cruce entre los bonistas europeos y la entidad.