El candidato a la Presidencia de Bolivia por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce Catacora, ha criticado el Programa Nacional de Reactivación del Empleo, al que calificó de «demagógico» y «político», ya que, según él, «no garantiza las fuentes laborales y excluye a los municipios rurales, enfocándose en el área urbana para captar votos en las próximas elecciones generales» previstas para septiembre.
«Esto es simplemente demagógico y parte de la campaña de la agrupación Juntos para las elecciones. No es algo que vaya a resolver los problemas de los bolivianos», ha afirmado Arce.
El candidato ha destacado que el fondo prevé una inversión de 2.671 millones de dólares, de los cuales sólo 15 millones están destinados a preservar empleo y 17 millones para microempresas. «Lo demás está destinado a la gran empresa privada, estamos ante el regreso del neoliberalismo», se ha lamentado.
Arce ha subrayado que la presidenta autoproclamada Jeanine Áñez ha beneficiado en múltiples ocasiones a la empresa mientras que en el sector público, «bastión de nuestro modelo económico», ha habido «despidos masivos».
«Los trabajadores no van a tener empleos. Los pobres no van a tener ingresos porque no se incorpora nada para el tema de la demanda y el pueblo boliviano va a pagar este endeudamiento externo», ha añadido, mientras señala en cambio a la banca como gran beneficiaria del programa.
ELECCIONES
Con los comicios del 6 de septiembre, Bolivia aspira a zanjar la crisis política en la que se encuentra inmersa por las «irregularidades» detectadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) en las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre.
El presidente Evo Morales (MAS) abandonó el cargo y huyó del país tras perder el apoyo de Policía y Ejército y más de 30 personas murieron por enfrentamientos entre sus simpatizantes y detractores y con las fuerzas de seguridad. Actualmente, está refugiado en Argentina y, conforme a un acuerdo político alcanzado para calmar las calles, no podrá participar en las nuevas elecciones presidenciales.
Según las encuestas de intención de voto que se realizaron antes de que surgiera la crisis sanitaria, el candidato del MAS, el exministro de Economía Luis Arce partía con una amplia ventaja sobre el resto de competidores, incluida Áñez, cuya candidatura sería la tercera más votada.