El representante para Sudamérica de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, ha denunciado este miércoles enfrentamientos recientes y otros «eventos violentos» entre el pueblo mapuche y Carabineros en la región de la Araucanía, en Chile.
Jarab, que ha mencionado «incendios de distinta índole, ocupaciones de recintos públicos y desalojos por medio de la fuerza», también ha expresado su «alarma» por la «discriminación racial, las expresiones de odio y la violencia» por parte de civiles contra este pueblo originario.
En este contexto, ha pedido a las autoridades chilenas llevar a cabo una investigación «pronta, independiente y exhaustiva» del «uso excesivo de la fuerza» y ha instado a abordar las raíces de estas «tensiones».
A su juicio, el único camino frente a estas «tensiones» es un diálogo «participativo y de buena fe» que aborde las causas profundas de flagelos como «la discriminación estructural» y otros asuntos pendientes en la esfera de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas.
«Una respuesta puramente centrada en la seguridad pública alimentaría lo que ya es un proceso crónico de tensión, desconfianza y conflictividad, no exento de violaciones a los Derechos Humanos», ha remarcado.
Jarab ha subrayado, no obstante, que es igualmente importante abordar esta problemática «desde un enfoque multidimensional, con énfasis en la interculturalidad».
Por otra parte, ha alertado del estado de salud de varios comuneros mapuches privados de libertad que actualmente se encuentran en huelga de hambre y ha considerado «urgente» superar dicha situación a través de diálogos participativos.
Asimismo, Jarab ha reconocido la aprobación reciente por parte de la Gendarmería de Chile de disposiciones relacionadas con la pertinencia cultural y religiosa en el ámbito penitenciario, que incluye estándares internacionales de interculturalidad.
Ha destacado que este «ajuste normativo» ha surgido del diálogo entre el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y varios actores sociales e institucionales, incluida la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Por último, Jarab ha señalado que, pese a la situación en la región austral chilena, es posible llegar a acuerdos y cumplir con las normas internacionales, incluidas las laborales. «Nuestra oficina continúa a disposición para apoyar en la búsqueda de estas soluciones, con base en los Derechos Humanos», ha aseverado.