Frente a la embajada de Bolivia y ante una multitud de seguidores, el opositor Juan Guaidó llamó este sábado a protestar hasta que caiga el presidente Nicolás Maduro, quien también movilizó a sus partidarios para que en Venezuela no se reedite el «golpe de Estado» contra Evo Morales.
Con un megáfono, Guaidó, reconocido como mandatario encargado por medio centenar de países, pidió seguir el ejemplo de Bolivia que, dijo, «logró la libertad con la unión de todos los factores». «Es momento de continuar hasta que se vaya el dictador y tener elecciones libres».
El jefe parlamentario marchó hasta la embajada tras dialogar por teléfono con la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, y liderar una concentración de unas 5.000 personas en la plaza José Martí de Caracas.
«Necesitamos a la Fuerza Armada, que atienda el llamado del pueblo entero», clamó una vez más Guaidó, quien diez meses después de haberse proclamado mandatario no ha logrado quebrar el apoyo de los militares a Maduro.
El dirigente pidió apoyar su «agenda conflicto», como se refiere a los reclamos de múltiples sectores golpeados por la peor crisis económica en la historia reciente del país petrolero.
«No hay fórmula mágica, y miren que lo hemos intentado todo», reconoció desde la plataforma de un camión.
La participación este sábado estuvo lejos de las decenas de miles de personas que acompañaron a Guaidó inicios de año, aunque fue la más multitudinaria desde el 1 de mayo, un día después de un fallido levantamiento militar liderado por el opositor, que acusa a Maduro de haberse reelegido fraudulentamente en 2018.
«¡Evo ya se fue, Maduro se va, Venezuela grita queremos libertad!», cantaba el albañil Rafael Castillo, de 65 años, agitando un hueso de res. Las manifestaciones, que se extendieron a otras ciudades, transcurrieron sin incidentes.
Liderazgo en cuestión
La jornada era clave para el liderazgo de Guaidó, quien en los últimos meses no ha logrado organizar manifestaciones masivas como las que acompañaron su autoproclamación en enero. También enfrenta críticas de un sector opositor que lo acusa de falta de firmeza.
Para el politólogo Jesús Castillo-Molleda, si este sábado no ocurría «nada extraordinario», el liderazgo de Guaidó corría el riesgo de ir al «congelador».
Pese a los continuos llamados de «calle sin retorno», la base opositora muestra cansancio.
«Si no es hoy, podemos decir que nos jodimos. Necesitamos que vengan de afuera fuerzas militares», declaró a AFP José Goyo, de 64 años, quien sobrevive con remesas de familiares que emigraron al igual que unos cuatro millones de venezolanos desde 2016.
Una encuesta de la firma Delphos señala que 38% de los opositores desea que surja otro líder.
«No vamos a desmayar, a desfallecer. Bolivia estuvo 18 días, nosotros hemos estado años, es momento de seguir. A toda Venezuela le pido mantenernos en la protesta», zanjó Guaidó.
La economía venezolana se redujo a la mitad desde 2013, mientras la inflación, según el FMI, trepará a 200.000% este año, una situación que se agrava con sanciones de Washington que incluyen un embargo petrolero.
«En defensa de Evo»
Miles de chavistas vestidos de rojo también se movilizaron en el centro de Caracas en respaldo a Morales y a Maduro, quien advirtió a la oposición que no tolerará que intente emular el «golpe de Estado» que sufrió su aliado boliviano, según él con complicidad del presidente Donald Trump.
«¡Movilizados y Alertas! (…). Hoy las calles de Caracas se llenan de la alegría de nuestro pueblo para defender su sagrado derecho a la democracia, la libertad, la convivencia y la felicidad», tuiteó Maduro.
El viernes, hombres armados irrumpieron en la sede del partido de Guaidó en Caracas y se llevaron computadoras, denunció el opositor, quien no estaba en el lugar.
«Estoy aquí en defensa de Evo y del pueblo boliviano», indicó a AFP David Pérez, de 41 años, con dos pancartas alusivas al exmandatario boliviano, quien renunció acosado por denuncias de fraude en los comicios que le dieron un cuarto mandato.
Maduro asegura que la oposición planea acciones violentas con apoyo de Estados Unidos y Colombia para desestabilizarlo, y amenazó con meter preso a todo aquel que se «coma la luz».
Provocando la ira de Maduro, Trump advirtió que el estallido en Bolivia enviaba una fuerte señal a los «regímenes» de Venezuela y Nicaragua, mientras el Comando Sur estadounidense señaló que monitorea «atentamente la situación» en Venezuela, a cuyos militares pidió proteger el derecho de protesta de los ciudadanos.
Maduro ha enfrentado varias oleadas de manifestaciones con saldo de 200 muertos desde 2014.
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