El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha avisado a los gobernadores de los estados de que no acatar el nuevo decreto de apertura de sectores esenciales, entre los que están los centros de manicura y los gimnasios, puede provocar la intervención del Ministerio de Justicia y de la Abogacía del Estado.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud de Brasil ha confirmado este martes en su último parte la muerte de 881 personas por Covid-19, lo que supone la cifra más alta en tan sólo 24 horas.
La nueva cifra de víctimas mortales confirmadas este martes ha ascendido el total a 12.400, mientras que los casos de contagio ascienden a los 177.589, después de los más de 9.200 registrados en el último día.
No obstante, y ante el anuncio de la mitad de los gobernadores de los estados que componen Brasil de negarse a acatar este nuevo decreto, el propio presidente ha avisado de que en caso de que no se cumpla, el Ministerio de Justicia y la Abogacía del Estado responderían «tomando las medidas oportunas».
«Si por casualidad un gobernador dice que no va a cumplir, la Abogacía del Estado y el Ministerio de Justicia tomarán las medidas oportunas. Ya lo dije, cuando alguien piense que un decreto es exagerado, tiene dos caminos: la Justicia o el Parlamento», ha manifestado ante los medios como viene siendo habitual a las puertas del Palacio Alvorada.
El lunes, Bolsonaro, sin el conocimiento del ministro de Salud, Nelson Teich, que se enteró por la prensa, anunció la inclusión de los centros de belleza, peluquerías y gimnasios, dentro de los servicios esenciales durante la pandemia de Covid-19.
Algunos estados, como el de Río de Janeiro y Sao Paulo –lo más afectados– reaccionaron negándose a reabrir este tipo de negocios, amparados por una decisión del Tribunal Supremo, que otorgó plenos poderes a los gobernadores y a las autoridades municipales para definir sus propias medidas con las que contener el avance de la enfermedad.
Bolsonaro también ha quitado importancia al hecho de que Teich se enterara por la prensa de este nuevo decreto sobre sectores esenciales, asegurando que esa «falta de contacto» no es suficiente para «descalificar» esta medida, ya que «ningún matrimonio se ha acabado por no haberle dicho a tu mujer que invitaste a un amigo a comer a casa».
